El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, ha solicitado a los países de la región que fortalezcan sus relaciones económicas con la Isla ya que, a su juicio, «existe una injusticia continental» con el país caribeo, quien, según señala Linera, «cada vez que cualquier país de América Latina necesitó algo, Cuba se lo dió».
El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, ha solicitado a los países de la región que fortalezcan sus relaciones económicas con la Isla ya que, a su juicio, «existe una injusticia continental» con el país caribeo ya que, según señala Linera, «cada vez que cualquier país de América Latina necesitó algo, Cuba se lo dió».
Por el contrario, según declaraciones que recoge Prensa Latina, el vicepresidente del Ejecutivo que encabeza Evo Morales ha afirmado que «los países latinoamericanos no dieron en la misma proporción, ni crearon vínculos en la misma proporción con el pueblo cubano». Una situación que considera que ha llegado el momento de «revertirse».
Así, tras reconocer que también en el caso de Bolivia, pese a la ayuda que le había brindado el país caribeño, los vínculos con Cuba eran «muy pequeños»; García Linera señaló que presidente boliviano Evo Morales ya ha instado a su embajador a equilibrar e intensificar los flujos comerciales, productivos, de igualdad y retribución entre las dos naciones.
Una línea que apuntó deben seguir «el resto de los países de América Latina» que, además, deberían aprovechar la ocasión para reforzar su integración económica que, considera, ha sido desatendida frente a la vía de la integración político-ideológica.
«Avanzamos muy bien en reuniones, en entendimiento, entre organizaciones sociales, pero a la hora de la economía, muy lentamente, es lo que más cuesta, pero además es lo decisivo». De esta forma, García Linera señaló que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) debe ser la entidad a través de la cual se realice ese siguiente paso en la integración continental.
«Hoy la gran tarea de nuestro país y de los gobiernos progresistas en América Latina es rápidamente convertir la hermandad política de nuestros líderes y de nuestros gobiernos en hermandad económica y productiva. Ahí sí habremos dado un salto cualitativo que nos colocará en otra dimensión de la fase del combate continental», concluyó.
