En algunos ambientes de La Habana anda el comentario a nivel de Radio bemba sobre una «inminente» desaparición de los almendrones, esos viejos autos norteamericanos de la primera mitad del siglo XX que han resistido el tiempo, los baches y la falta de piezas de repuesto y se han convertido en una estampa ?clásica? de las ciudades cubanas. En algunos ambientes de La Habana anda el comentario a nivel de Radio bemba sobre una «inminente» desaparición de los almendrones, esos viejos autos norteamericanos de la primera mitad del siglo XX que han resistido el tiempo, los baches y la falta de piezas de repuesto y se han convertido en una estampa «clásica» de las ciudades cubanas.
Los almendrones de alquiler resuelven a muchos las necesidades ante las carencias del transporte público estatal, pero quienes hablan de su posible desaparición la achacan a la competencia que comienzan a hacerle las cooperativas de «taxis ruteros» mediante las cuales el Estado arrienda a los choferes modernos autos coreanos, chinos y rusos.
Ya en la capital se han abierto ocho rutas con un servicio bastante eficiente y precios competitivos sobre todo en los tramos más largos, y según las autoridades del Ministerio del Transporte está previsto poner en funcionamiento al menos unas 25 rutas más, lo cual arreciará notablemente la competencia.
Pero otros ven la derrota segura de los viejos almendrones en las inspecciones técnicas, que en los últimos tiempos son cada vez más exigentes y con férreos controles para evitar posibles sobornos a los inspectores, aunque hay quienes afirman que «el cubano siempre inventa» y que todavía en la isla habrá almendrones para rato.
