Cuba continúa con su apertura «controlada» de Internet

A partir del 6 de octubre los usuarios cubanos podrán recibir recargas de a partir de 10 CUC (pesos convertibles) desde el extranjero para navegar en Internet, siempre y cuando dispongan de una cuenta de acceso permanente de Nauta. Esta medida ha sido impulsada por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A (Etecsa) y ha sido ampliamente publicitada por la prensa oficial. A partir del 6 de octubre los usuarios cubanos podrán recibir recargas de a partir de 10 CUC (pesos convertibles) desde el extranjero para navegar en Internet, siempre y cuando dispongan de una cuenta de acceso permanente de Nauta. Esta medida ha sido impulsada por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A (Etecsa) y ha sido ampliamente publicitada por la prensa oficial.

Estas cuentas podrán así, a partir de esta semana, ser recargadas desde el extranjero a través del sitio web www.ding.com y a partir de la fecha de recarga, mantendrá durante 330 días activa la cuenta y dispondrá de otros 30 días adicionales para efectuar una nueva recarga. Un claro contraste con las cuentas temporales que tienen una vigencia de 30 días desde la fecha en que se usan por primera vez.

Con ello se busca forma incentivar la adquisición de las cuentas Nauta permanentes, ante la tendencia de los usuarios en la Isla a adquirir las cuentas temporales. Las largas colas a las afueras de las oficinas comerciales para contratar una cuenta permanente de acceso a Internet, la escasez de bonos de recargas para estas últimas y el anonimato en la navegación son algunos de los motivos esgrimidos por los clientes para continuar usando las cuentas temporales.

Etecsa intenta así ofrecer la «zanahoria» para que la opción de navegación en Internet desde las salas estatales, sujetas a control y bloqueo de páginas molestas para el régimen, sea la opción preferente de los cubanos. Se trata en definitiva, de cumplir con la hoja de ruta para el sector marcada por el primer vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel, quien es partidario de mantener el control de la apertura cubana, tanto en el sector como en aspectos más relacionados con el control de la información y con todo lo que sería el área «cultural-ideológica».

Quizá la gran paradoja se da en que, en este caso, se utilizaría el propio proceso de apertura y liberalización de la economía cubana para incentivar el mayor control que suponen el acceso web a través de este tipo de cuentas. En concreto, esta cierta “subvención” o «remesa» que en el fondo estarían recibiendo los cubanos a través de las recargas que se pudiesen realizar en sus cuentas Nauta desde el extranjero, iría destinada a un acceso a Internet controlado por las autoridades cubanas. Estamos ante una medida que fundamentalmente parece destinada para aquellos cubanos que tengan familiares en EEUU y ha sido facilitada, por cierto, por las recientes modulaciones de Obama al embargo estadounidense.

Cada día se producen a lo largo de las Isla unas 55.000 conexiones en los puntos WiFi, hasta 8.000 de forma simultánea. Aunque el precio de una hora de conexión se mantiene alto, en 2 CUC la hora, la apertura de 35 zonas de acceso inalámbrico ha creado un fenómeno social con miles de personas congregándose en esos lugares.

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