Las compensaciones por las expropiaciones entran en la agenda con EEUU

El próximo 20 de julio, en que las Secciones de Intereses de Cuba y Estados Unidos pasarán a convertirse en embajadas, quedarán reestablecidas oficialmente las relaciones entre Cuba y EEUU. Concluye así la primera fase de las negociaciones entre los dos países para dar inicio a temas mucho más complejos: temas como las compensaciones por las expropiaciones de la Revolución. El próximo 20 de julio, en que las Secciones de Intereses de Cuba y Estados Unidos pasarán a convertirse en Embajadas, quedarán reestablecidas oficialmente las relaciones entre Cuba y EEUU. Concluye así la primera fase de las negociaciones entre los dos países para dar inicio a temas mucho más complejos: temas como las compensaciones por las expropiaciones de la Revolución.

Esta segunda fase, denominada por las autoridades cubanas como de “normalización de relaciones” se prevé, por tanto, de una dificultad técnica y política mucho mayor, lo que hace posible que se dilate en el tiempo. No en vano, cubrirá áreas de conflicto entre las dos naciones que a la complejidad de los intereses contrapuestos, une las dificultades históricas de tratar con asuntos pendientes desde hace más de cinco décadas.

Entre ellos, como decíamos, destaca singularmente el de las compensaciones derivadas de las expropiaciones realizadas por la Revolución cubana que son el siguiente paso de la hoja de ruta del deshielo entre Cuba y EEUU. O eso parecen creer, muchos de los herederos afectados y también algunos bufetes de abogados que han recolectado, pacientemente, durante muchos años, títulos de propiedad comprados a precio de saldo con los que esperan hacer un buen negocio ahora. Hay, por lo tanto, un gran interés por este asunto. Lo que podría explicar que el New York Times llevara ayer a su portada unas cuantas historias relacionadas con los propietarios españoles que también esperan cobrar, más pronto o más tarde, una indemnización por las propiedades que tenían en la isla y que les fueron arrebatadas.

Pero también existen reclamaciones cuyo origen se remonta varias décadas desde la otra parte. Así, según señala la web Cuba Standard, el país caribeño exige el levantamiento de las sanciones hacia la Isla por parte de EEUU como un requisito previo a abordar cualquier negociación adicional.

Un requisito que EEUU podría tardar años en cumplir, ya que el Congreso del país norteamericano, está dominado por el Partido Republicano que, en su mayoría, se opone a la política de acercamiento con Cuba del Presidente Demócrata, Barack Obama.

Eso sí, una vez cubierta esa condición, entrarían múltiples temas en la agenda. Así, junto al asunto de las expropiaciones, llegaría el momento de abordar todo lo relativo a áreas como derechos humanos, telecomunicaciones, aviación, respuesta a desastres, cooperación en materia sanitaria e incluso aspectos en materia de justicia como podría ser el de las extradiciones pendientes.

No obstante, en un comunicado emitido el 1 de julio, el ministro de Relaciones Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, quiso dejar claro que mientras el embargo estadounidense esté en vigor será muy difícil cualquier tipo de acercamiento adicional. El comunicado de Rodríguez fue concluyente al afirmar no sólo que ese “es el principal obstáculo para el desarrollo de nuestro economía”, sino que además “constituye una violación de la Ley Internacional, y afecta a los intereses de todos los países, incluidos los de Estados Unidos”.

Además, el deseo de Cuba de recuperar la base naval de Guantánamo y de que EEUU ponga fin a las emisiones que llegan a Cuba de la radio y televisión opositora Marti desde su vecino del norte, podrían dificultar también el futuro avance de las negociaciones.

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