A poco más de dos meses de entrar en pruebas en las calles de La Habana, los autobuses eléctricos van ganando adeptos entre los usuarios del transporte público de la ciudad, quienes admiran, sobre todo, que hacen menos ruido que los convencionales y no contaminan el ambiente.
A poco más de dos meses de entrar en pruebas en las calles de La Habana, los autobuses eléctricos van ganando adeptos entre los usuarios del transporte público de la ciudad, quienes admiran, sobre todo, que hacen menos ruido que los convencionales y no contaminan el ambiente.
Aunque todavía no han concluido los estudios de factibilidad para extender su uso en la ciudad, tanto la población como especialistas consideran conveniente su empleo, porque representan también un considerable ahorro de combustible, que es, precisamente, uno de los talones de Aquiles de la economía cubana.
Estas modernas guaguas (así llaman los cubanos a los ómnibus) circulan en la ruta 18 con un extenso recorrido, y a ellas se sumará próximamente, según las autoridades del transporte, también a modo de prueba, un carro híbrido, que utiliza Diesel y electricidad.
Los modelos de los nuevos ómnibus son fabricados por el gigante chino Yutong, cuyos equipos prácticamente dominan el mercado automotriz cubano y que desde 2005 ha exportado a la isla cerca de 7.000 vehículos para el transporte urbano, interprovincial y los servicios turísticos.
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Los autobuses eléctricos ganan adeptos en La Habana
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