Los inversores internacionales, a la espera de una ley hipotecaria en Cuba

MUCHOS INVERSORES internacionales, que tienen planes para impulsar el desarrollo del sector inmobiliario en Cuba, siguen a la espera del desarrollo de una legislación propicia para sus negocios. MUCHOS INVERSORES internacionales, que tienen planes para impulsar el desarrollo del sector inmobiliario en Cuba, siguen a la espera del desarrollo de una legislación propicia para sus negocios. Y los cambios previstos llegan, pero a un ritmo mucho más lento del que a algunos les gustaría. La última buena noticia, -como ya publicamos en nuestro anterior número de CUBA ECONOMICA-, ha sido el cambio legislativo aplicado a los no residentes que alquilen o adquieran una propiedad en la Isla, a quienes, según consta en la norma ya publicada en la Gaceta Oficial, se les concederá un permiso de residencia de un año, cuya renovación se producirá automáticamente mientras mantengan esa condición de inquilino o propietario. Pero, como explican algunos conocedores de este proceso, todavía falta la guinda del pastel. El desarrollo de una suerte de esquema ‘hipotecario’ que permita a las entidades financieras, cubanas o internacionales, dar préstamos garantizados por estas propiedades. Sin ese requisito, algunos proyectos interesantes, como las promociones inmobiliarias con campos de golf y puertos deportivos no van a arrancar, aseguran, porque el negocio real tras la construcción de este tipo de instalaciones es la venta del ‘ladrillo’. Sin embargo, puede que ya exista un atisbo de horizonte temporal para la resolución del problema. La aprobación definitiva del proyecto impulsado por el grupo británico Esencia, cuya correspondiente empresa mixta ya está constituida, parece indicar que los cambios legislativos deben producirse antes de finales de 2015. Y es así, porque, puesto que el plan recibió luz verde en noviembre del pasado 2013, debe ponerse en marcha en un plazo máximo de dos años. Y, aunque es posible empezar a vender sobre plano, todo se complica sin que esté arreglado el espinoso asunto de la financiación para los particulares, interesados en adquirir apartamentos.

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