Pese a que amenazó hasta el último momento con vetarlo, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha aprobado un presupuesto que incluye 20 millones de dólares destinados a promocionar la democracia en Cuba. Una cantidad equivalente a la que estuvo disponible en 2016, pero que marca un contraste con su primera propuesta presupuestaria de mayo pasado.
Pese a que amenazó hasta el último momento con vetarlo, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha aprobado un presupuesto que incluye 20 millones de dólares destinados a promocionar la democracia en Cuba. Una cantidad equivalente a la que estuvo disponible en 2016, pero que marca un contraste con su primera propuesta presupuestaria de mayo pasado.
Entonces, Trump anunció sus planes de recortar la ayuda exterior a Latinoamérica y el Caribe, además de eliminar por completo la partida dedicada a Cuba. Una medida muy criticada por la línea dura del exilio cubano ya que, en realidad, esos fondos se destinan a actividades contempladas con enorme antipatía por las autoridades de la Isla.
De hecho, los denominados fondos «para la promoción de la democracia en Cuba» son contemplados por el oficialismo cubano como destinados a sufragar actividades «subversivas» ya que, entre ellos, se incluye la financiación de medios de información críticos con el Gobierno del país caribeño así como ayuda humanitaria a los considerados como presos de conciencia y a sus familiares.
Además, la recuperación de esta partida se produce pese a que la Casa Blanca mantiene los recortes que le hizo a los fondos destinados al Departamento de Estado, la USAID y a los programas de ayuda al exterior para este año. Un hecho que los congresistas anticubanos valoran como producto de su influencia en la administración Trump.
Y lo cierto es que, en los últimos meses, han aumentado su actividad con vistas a presionar a la Casa Blanca para incrementar su hostilidad hacia la Isla. Un línea de acción que parece estarles dando resultado y acentúa la nueva política hacia el país caribeño emprendida por Trump y que desde su famoso discurso en la Little Havana de Miami está sirviendo para revertir el ‘deshielo’ emprendido por su predecesor Barack Obama.
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