Rusia y Cuba exploran opciones de cooperación en la Feria Internacional de La Habana

Unas 22 compañías rusas de diferentes sectores, como la industria automovilística y el sector energético, participan en la Feria Internacional de La Habana (FIHAV 2025), que se desarrolla en la capital cubana del 24 al 29 de noviembre, y exploran las potencialidades que existen en la isla para el desarrollo de negocios conjuntos.

Según dijo a la Agencia Sputnik la directora general del Comité Nacional de Rusia para la Cooperación Económica con los Países Latinoamericanos (CEPLA), Tatiana Mashkova, Cuba tiene un enorme potencial en ramas como la biotecnología y la industria alimentaria, lo cual podría ser mejor aprovechado por los empresarios rusos.

«Creo que la rama de la biotecnología en Cuba tiene un gran futuro, y sería muy provechoso que el empresariado ruso invierta en este sector porque ahora la parte cubana está dispuesta a organizar la producción en el territorio de Rusia, vendiendo la tecnología», dijo la directiva, quien ya participó en varias ediciones de la FIHAV.

En este sentido, Mashkova advirtió que las empresas chinas podrían ser «más rápidas» en aprovechar tales oportunidades e instó por ello a la parte rusa a invertir lo antes posible.

La también vicepresidenta del Comité Empresarial Rusia-Cuba destacó, asimismo, el potencial de la industria alimentaria cubana y se refirió a la alta demanda en Rusia de frutas tropicales, como el mango, el aguacate y el plátano.

En ese sentido, mencionó el interés que tiene el grupo minorista ruso X5 Import -presente en FIHAV- por importar esas frutas, además de mariscos y cosméticos cubanos de alta gama.

Mashkova consideró que las condiciones para los inversionistas en Cuba son «fantásticas», con un mercado de alrededor de 11.000 de habitantes y poca competencia.

Además, la alta funcionaria también propuso usar la isla caribeña como un «hub logístico» para reexportar productos a Centroamérica y el Caribe, un mercado de 55 millones de personas; potencial que, a su juicio, las empresas rusas han desaprovechado hasta el momento.

INTERÉS POR MATERIALIZAR ACUERDOS

En FIHAV 2025, rusos y cubanos destacaron la necesidad de concretar finalmente las negociaciones y materializar los memorandos de entendimiento que se han establecido en años anteriores.

A juicio del viceprimer ministro cubano y titular de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Oscar Pérez-Oliva Fraga, están creadas las condiciones para «dar un salto» en las relaciones económicas y comerciales; el funcionario calificó a la FIHAV como un «escenario propicio» para el intercambio entre empresas de ambas naciones.

El lunes, en la inauguración del pabellón de Rusia en la feria habanera, Pérez-Oliva afirmó que actualmente las relaciones entre los dos países «están en un nivel excelente».

Tanto Cuba como Rusia enfrentan «grandes desafíos» en medio de las numerosas sanciones impuestas por Occidente, y por ello sus alianzas resultan tan importantes, subrayó el viceprimer ministro.

Pero Cuba «no quiere ser una carga; quiere trabajar con Rusia codo a codo en el desarrollo de proyectos de beneficio mutuo», recalcó el también titular de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera.

En tanto, el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Rusia, Serguei Katryrin, dijo que muchos empresarios de la nación euroasiática ven a Cuba como un lugar estratégico para ampliar su presencia en la región de América Latina y el Caribe.

También ratificó la voluntad de las más altas autoridades de Moscú de apoyar ese intercambio y potenciar los vínculos económicos y comerciales.

Por su parte, el embajador ruso en la isla, Víctor Koronelli, consideró que las relaciones entre Moscú y La Habana están en «alza» en sectores como educación y ciencia y tecnología, pero «aún falta» para «reactivar» la cooperación económica y comercial.

VARIOS PROYECTOS

En el marco de la FIHAV 2025, se dieron a conocer varios proyectos conjuntos de Rusia con entidades de la isla caribeña, tal es el caso de la empresa UAZ –uno de los fabricantes de automóviles más grandes de la nación euroasiática–, que junto a la cubana Empresa Integral de Servicios Automotores (EISA) ensamblarán en la isla un lote de 1000 vehículos, según informó a Sputnik la jefa del Departamento de Exportación de la compañía rusa, Anna Spizhevaia.

En tanto, la empresa Intelligence Systems Russia (ISR), parte del grupo Resto LLC, firmó un acuerdo con la Unión Eléctrica de Cuba (UNE) para abrir una planta de ensamblado de luminarias LED en la ciudad de Santa Clara (centro), anunció el director de ventas de la empresa rusa, Alexandr Burukin.

La firma ISR espera iniciar la producción en Cuba pronto -en la primavera- y comenzar a exportar rápidamente a países como Chile, Bolivia, Argentina y Colombia unas 80.000 lámparas, además de las que ya se distribuyan en el país caribeño, puntualizó el directivo.

Entre los proyectos más ambiciosos que contemplan Cuba y Rusia está la creación de un «complejo metalúrgico» que, según está planificado, concluirá antes de que finalice el 2026, como dio a conocer el Ministerio de Industria y Comercio de Rusia.

Precisamente en el contexto de FIHAV, el secretario de Estado y viceministro de Industria y Comercio de Rusia, Román Chekushov, sostuvo una serie de reuniones bilaterales con el viceprimer ministro cubano y con el ministro de Industria, Eloy Álvarez.

Además, acordaron «mantener contactos regulares a nivel ministerial para abordar un amplio abanico de cuestiones y buscar nuevos mecanismos de interacción».

Chekushov inspeccionó el sitio del complejo metalúrgico Antillana de Acero, en las afueras de la capital cubana, y constató que las obras se han completado en un 70 por ciento.

De acuerdo con las proyecciones de la parte rusa, la finalización del proyecto permitirá producir cerca de 160.000 toneladas de acero laminado al año.

Para los representantes de Moscú, Cuba podría erigirse como un lugar estratégico de cara a ampliar la presencia rusa en América Latina y el Caribe, dado que ambos países enfrentan grandes retos debido a las sanciones de Occidente; sin mencionar el bloqueo económico, comercial y financiero que impone EEUU a la isla hace más de 60 años.

No obstante, ambas partes insisten en la necesidad de explorar mecanismo que sean mutuamente beneficiosos, sin que la isla resulte una «carga» para la nación industrializada.

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