Ena Elsa VELAZQUEZ Ministra de Educación de Cuba

En declaraciones a Prensa Latina, la ministra de Educación de Cuba, Ena Elsa Velázquez, asegura que la educación es uno de los logros principales que puede exhibir el progreso de la Revolución cubana en este año en el que se cumple el 50 aniversario de su victoria. En declaraciones a Prensa Latina, la ministra de Educación de Cuba, Ena Elsa Velázquez, asegura que la educación es uno de los logros principales que puede exhibir el progreso de la Revolución cubana en este año en el que se cumple el 50 aniversario de su victoria. La titular de esta cartera recuerda que uno de los primeros objetivos cumplidos por el Gobierno cubano en los inicios del proceso revolucionario fue la total erradicación del analfabetismo. La ministra señala también que todos los logros del sistema educativo cubano, ampliamente reconocidos en el mundo, se han conseguido, a pesar de las dificultades que han supuesto a lo largo de todas estas décadas las circunstancias negativas derivadas del embargo impuesto por EEUU a la mayor de las Antillas.

-¿Hasta qué punto ha condicionado el embargo la política educativa cubana?

-Creo que en este año de aniversario es importante destacar los avances que ha experimentado la educación cubana durante 50 años que ha durado, por ahora, la Revolución. Unos avances que, además, se han producido en el difícil entorno configurado a lo largo de todo este tiempo por el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto desde hace décadas por EEUU a la mayor de las Antillas. Las circunstancias adversas que ha configurado este entorno han obligado al Gobierno cubano a realizar un esfuerzo importante para perfeccionar la obra educacional en todos sus ámbitos. El impacto del bloqueo supone para nuestro país un coste adicional entre el 25% y el 30% a la hora de adquirir los medios necesarios para hacer posible la tarea de la enseñanza. Hay que decir que el bloqueo representa una política tozuda y criminal contra un pueblo al que no le han perdonado ser libre, independiente, soberano y hablar con voz propia. Pero, es evidente que los impulsores de esta política están muy lejos de conseguir su propósito destructor y los avances registrados en la educación demuestran esta realidad.

-¿Qué papel ha jugado el colectivo de maestros en los avances educativos?

-En este proceso resulta también necesario conceder todo el crédito y la máxima significación posible al papel que han jugado siempre los maestros, quienes inspirados por el líder de la Revolución, Fidel Castro, en 1961 hicieron posible, por ejemplo, que la Isla se convirtiera en el primer país de América Latina completamente libre de la lacra social que supone el analfabetismo. La hazaña, trazada en el alegato de autodefensa de Fidel conocido como “La Historia me absolverá” ha repercutido luego en las declaraciones de Venezuela en 2006 y Bolivia en 2008 que son ahora naciones libres de iletrados, gracias al método cubano “Yo sí puedo”, que aplica en la actualidad en 30 países del mundo. Pero la tarea de los maestros cubanos no es sólo un orgullo histórico, también en los momentos difíciles que ha atravesado el país en la actualidad este colectivo ha demostrado su implicación con el desarrollo y su capacidad solidaria. Como cuando recientemente muchos maestros cubanos que convirtieron sus casas en escuelas después de la destrucción de cientos de centros docentes tras el paso de los huracanes.

-¿Cuáles son las líneas maestras con las que su Ministerio prepara el futuro?

-Ante todo intentamos mejorar constantemente la excelencia de los educadores y las condiciones y los medios de que disponen tanto ellos como sus alumnos. Uno de los aspectos que me gustaría señalar en este ámbito es el hecho de que el 72% de los graduados universitarios de este sector opta por continuar con su formación y para hacerlo se matricula en la Maestría de Ciencias de la Educación. Pero fuera de la enseñanza universitaria hay también mejoras notables. En el presente curso, el 86,9% de los alumnos matriculados en educación primaria estudia en aulas de hasta 20 alumnos, lo cual garantiza la atención individualizada y permite, por ejemplo, que pueda seguirse asegurando desde el principio del proceso educativo la preparación básica para la vida que requieren todos los niños y jóvenes con necesidades educativas especiales. Y en la secundaria básica hemos constituido la figura del profesor general integral que apoyado en medios audiovisuales instruye a un promedio 15 adolescentes por aula. Una experiencia que aún está en vías de perfeccionamiento pero en la que ya se aprecian resultados alentadores.

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