LADRILLO, CEMENTO Y ARENA

Parece que no, pero sí», fue la frase enigmática de Alberto, cuando vio a sus vecinos del frente descargar un camión de sacos de cemento, arena, ladrillos y otros materiales, para «meterle mano» a los arreglos de la vivienda, que desde hace años pedía a gritos una reparación. Parece que no, pero sí», fue la frase enigmática de Alberto, cuando vio a sus vecinos del frente descargar un camión de sacos de cemento, arena, ladrillos y otros materiales, para «meterle mano» a los arreglos de la vivienda, que desde hace años pedía a gritos una reparación.

Pero en su cuadra no son solo ellos quienes ponen manos a la obra, pues un apartamentico de la esquina lo están dejando como nuevo, y en el último piso de un edificio también trabajan los albañiles. Y así en muchas partes.

Parece que la apertura en la entrega de créditos y subsidios para construcciones está dando resultados, porque en La Habana se está viendo un movimiento inusual.

Es cierto que a veces cuesta trabajo encontrar los materiales, y cuando hay ladrillos faltan las cabillas o la arena, pero la gente «resuelve» lo mismo a través de los establecimientos estatales en pesos cubanos, en las shoping, que en los particulares que con sentido de empresa han visto que el negocio de la construcción tiene un futuro amplio en un país donde muchas viviendas están a punto de venirse abajo.

Uno de esos emprendedores es Cristóbal, un ingeniero civil que dijo adiós a su empleo estatal y se lanzó como el mismo dice «con el carro andando», y gracias a sus conocimientos en la materia ya tiene una próspera y bien rentable empresita de fabricación de materiales.

De su taller salen ladrillos, lozas de granito pulido para pisos interiores y también otras más resistentes a las inclemencias del tiempo, adecuadas para patios y jardines, columnas prefabricadas con distintos modelos, tiestos para plantas, y hasta angelotes, faunos, ninfas, fuentes enteras y bancos para engalanar cualquier jardín.

«Por ahora me va viento en popa. En algunos surtidos casi no tengo competencia, como en las fuentes para jardines, que las vendo caritas, porque eso de tener una fuente en la casa es un lujo que se dan los que tienen plata, y aunque tú no lo creas, a veces tengo hasta lista de espera para los encargos».

Otro que «le filtró» fue Carmelo, que con sus dos hijos hacen una labor doblemente útil a la comunidad, pues recogen todos los escombros de los alrededores, y con un molinito que instalaron en el patio de la casa, los convierten en «polvo de piedra» un material indispensable para las mezclas.

«60.00 pesos el saco, y te lo ponemos en la puerta de la casa» dice lacónicamente Carmelo, sin quitarse el tapaboca que lo protege del polvo y con la vista fija en el enésimo saco que ha llenado en la jornada.

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