Personas reciben comida en una zona afectada por el huracán Melissa en Cuba (Foto: Julio A. Larramendi)
El Gobierno cubano evalúa los efectos de Melissa, que azotó el oriente del país con categoría 3 hace dos semanas y provocó un impacto económico que podría superar los 2.000 millones de dólares, según estimaciones preliminares de organismos internacionales.
La termoeléctrica Felton, la más importante del este cubano, permanece fuera de servicio tras las inundaciones, lo que agrava la crisis de generación eléctrica. Su paralización afecta la distribución nacional, especialmente en Santiago de Cuba y Holguín, donde aún persisten apagones prolongados.
El sistema eléctrico cubano acumula más de una década de obsolescencia tecnológica y dependencia de fuentes fósiles
Las líneas de distribución de media y baja tensión fueron las más dañadas, según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). Mientras tanto, el Gobierno intenta restablecer el servicio en los municipios rurales, donde el 40% de los usuarios sigue sin corriente.
Los efectos de Melissa también golpearon de lleno al sector agropecuario, base del abastecimiento interno. El Sistema de Naciones Unidas calcula que 78.700 hectáreas de cultivos resultaron dañadas parcial o totalmente, incluyendo plátano, yuca, café y maíz.
| Sector o indicador | Pérdida estimada |
|---|---|
| Superficie agrícola afectada (ha) | 78.700 |
| Producción de plátano | -45% |
| Producción de café | -32% |
| Producción de hortalizas | -28% |
| Daños energéticos (millones de dólares) | 850 |
| Pérdidas agrícolas totales (millones USD) | 1.200 |
El Ministerio de la Agricultura advierte que el país enfrentará dificultades para cubrir la demanda alimentaria en los próximos meses. Los daños en carreteras y sistemas de riego complican el transporte de productos básicos, mientras crece la dependencia de importaciones.
La pérdida de cultivos estratégicos tensiona el suministro interno y eleva la vulnerabilidad de las provincias más afectadas
El proceso de reconstrucción requerirá inversiones que Cuba difícilmente podrá afrontar sin apoyo exterior. Los informes preliminares de la ONU y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) señalan que el país necesita entre 1.800 y 2.200 millones de dólares para rehabilitar viviendas, restablecer servicios y recuperar la infraestructura energética.
El acceso limitado a crédito internacional y las restricciones financieras derivadas del embargo estadounidense complican el escenario. Aun así, Naciones Unidas, la Cruz Roja y la Unión Europea han anunciado fondos de emergencia para asistencia humanitaria y reconstrucción temprana.
La falta de liquidez y de acceso a organismos de crédito internacionales ralentiza la recuperación
Los analistas prevén que el PIB cubano se contraerá entre 1,5% y 2% en el último trimestre del año, debido a la interrupción de la producción agrícola, los cortes eléctricos y el descenso del turismo en las provincias orientales.
La prioridad del Gobierno será restaurar la capacidad energética y garantizar el suministro de alimentos básicos. Sin embargo, las limitaciones financieras y logísticas podrían prolongar el proceso de recuperación durante buena parte de 2026.
Melissa ha sido, más que un desastre meteorológico, un recordatorio de la fragilidad estructural de la economía cubana ante los eventos climáticos extremos.
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