El Sistema de las Naciones Unidas (SNU) en Cuba lanzó un Plan de Acción para enfrentar el impacto del tornado que causó estragos en cinco municipios de La Habana en enero, donde destruyó casas, escuelas, instalaciones sanitarias y comerciales, redes eléctricas, hidrosanitarias y de comunicaciones.
La iniciativa prevé la movilización de más de 14,3 millones de dólares para “responder a las urgentes necesidades de 253.000 personas afectadas por el tornado”, en especial a la embarazadas, niños y ancianos, que son los más vulnerables.
Estructurado en conjunto con las autoridades nacionales, el programa hace énfasis en las más de 80.000 personas afectadas por derrumbes parciales o totales de sus viviendas, daños severos de instalaciones de servicios básicos comunitarios de salud, educación, distribución de la canasta básica y distribución de agua en forma segura.
Las acciones propuestas por las agencias de la ONU se consideran “complementarias” al esfuerzo del gobierno cubano para la recuperación e incluyen “la respuesta a las familias más afectadas, en sus necesidades básicas más críticas”, y contempla respuestas previstas para un máximo de seis meses, y otras de mediano y largo plazos que podrían tomar entre 12 y 18 meses.
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