Angel AUGIER Poeta y ensayista cubano

En declaraciones a Prensa Latina, el poeta y ensayista cubano Angel Augier, se muestra muy honrado de que los organizadores de la pasada edición de la Feria del Libro de Cuba decidieran dedicársela a él y a la también escritora Nancy Morejón. Augier presentó en el certamen ocho nuevas obras que ofrecían una panorámica completa de los distintos sectores en los que se ha centrado su tarea literaria, desde la crítica a la poesía. A sus 95 años este poeta y ensayista, que fue el instructor de García Márquez, cuando el Nobel daba sus primeros pasos en el periodismo, cree que ya no tendrá tiempo de escribir sus memorias. En declaraciones a Prensa Latina, el poeta y ensayista cubano Angel Augier, se muestra muy honrado de que los organizadores de la pasada edición de la Feria del Libro de Cuba decidieran dedicársela a él y a la también escritora Nancy Morejón. Augier presentó en el certamen ocho nuevas obras que ofrecían una panorámica completa de los distintos sectores en los que se ha centrado su tarea literaria, desde la crítica a la poesía. A sus 95 años este poeta y ensayista, que fue el instructor de García Márquez, cuando el Nobel daba sus primeros pasos en el periodismo, cree que ya no tendrá tiempo de escribir sus memorias.

-¿En el sector editorial de la Isla hace tiempo que se especula con la posibilidad de que usted escriba sus memorias?

-Muchos amigos me insisten para que lo haga. Puede que mis memorias diesen como resultado un libro que quizá fuera interesante, sobre todo por lo que podría contar de la época que me tocó vivir y de la gente que he conocido, pero con la edad que tengo ahora, ya con 95 años, no creo que me quede tiempo suficiente para acometer una tarea como ésa. Aun así, algunas de las anécdotas son más que conocidas como mi relación con Pablo Neruda, para quien organice ruedas de prensa aquí en La Habana, o con algunos escritores galardonados con el premio Nobel como Gabriela Mistral y Miguel Ángel Asturias. También claro con Gabriel García Márquez a quien conocí cuando vino a Cuba a trabajar en la redacción central de la agencia de noticias Prensa Latina y Jorge Ricardo Masetti, que era el director, me lo confió para que lo adiestrara. De hecho, García Márquez me pidió que le ayudara con los recuerdos de aquella época, cuando recopilaba datos para el segundo tomo de sus memorias. Precisamente hemos almorzado juntos hace sólo unos días para hablar de ello.

-¿Qué ha supuesto para usted que los organizadores le hayan dedicado la última edición de la Feria de La Habana?

-En esta última Feria Internacional del Libro de La Habana, he tenido la satisfacción de que se me haya dedicado el certamen. Satisfacción que es doble porque también se le ha dedicado a Nancy Morejón, una maravillosa escritora. Y yo he acudido con ocho nuevos títulos. Son, por una parte, mis acercamientos a la vida y la obra de grandes escritores a los que he tenido el placer de estudiar con mucha dedicación, personas como Nicolás Guillén, José Martí, Pablo Neruda o José María Heredia y también hay una nueva antología de mis poemas, el cuarto volumen de la recompilación de mis trabajos periodísticos. Y dos libros a los que el autor concede significación especial: las cartas de José María Heredia y la edición definitiva de Nicolás Guillén; estudio biográfico crítico. En este último caso, estoy muy satisfecho de haber podido presentar aquí el trabajo completo. Este libro, en su primera versión publicada en dos tomos en 1962, abarcó los trabajos y los días del poeta hasta sólo 1948 y en las ediciones posteriores se amplió el periodo temporal. Ahora está completo.

-¿Cree que su trabajo como estudioso de la literatura ha impedido, al menos en parte, que su obra poética haya tenido más repercusión?

-Nunca he dejado la poesía, pero es un tipo de creación al que me dedico de cuando en cuando. De hecho en la antología que he presentado en la Feria del Libro hay unos cuantos poemas inéditos. Ese ritmo discontinuo ha sido una constante desde que en 1932 se publicó, “Uno” mi primer poemario. Unas veces los retrasos se han relacionado con la obligación de hacer otras cosas necesarias para asegurarse la supervivencia diaria. Y otras porque mi poesía no deja de ser una poesía de la acción. Y la preocupación por el destino histórico de mi país es, desde siempre, el sustento principal de mi vida y mi obra. A ellas les da sentido el estudio y la exaltación del espíritu de la nación cubana. Tuve la suerte, por ejemplo, de adentrarme en el pensamiento de Martí en una época en la que todavía su proyección antiimperialista no era suficientemente conocida. La doctrina martiana de liberación e independencia imbrica con la tesis marxista-leninista de la Revolución Cubana, lo que expongo también en uno de los libros que se darán a conocer en la Feria.

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