Los trabajadores por cuenta propia cuyo negocio consiste en alquilar habitaciones a turistas extranjeros han recibido estos días un comunicado en el que se les detallan algunas nuevas normas de aplicación obligatoria en la realización de su actividad. Los trabajadores por cuenta propia cuyo negocio consiste en alquilar habitaciones a turistas extranjeros han recibido estos días un comunicado en el que se les detallan algunas nuevas normas de aplicación obligatoria en la realización de su actividad. Y algunas son, cuando menos, controvertidas, según fuentes del sector en Cuba.
Quizá la más polémica consiste en la oligación que tiene el casero de vigilar a sus huéspedes con el objeto de notificar a las autoridades en el caso de que detecten alguna conducta extraña en sus inquilinos.
Pero hay más. El casero es ahora el principal responsable ante la ley en el caso de que ocurra cualquier problema con sus inquilinos, desde robos a escándalos pasando por conductas sospechosas no notificadas.
Además, los cuentapropistas de este sector deben acudir obligatoriamente a las dos reuniones anuales convocadas por la Dirección Municipal de la Vienda si quieren conservar su permiso. Las violaciones de las normas vigentes supondrán penalizaciones mucho mayores que antes.
Ahora, el riesgo no sería sólo la inhabilitación para seguir alquilando habitaciones, también, según el grado correspondiente a la infracción, podría llegar a darse el caso de que la vivienda fuera, incluso, decomisada por las autoridades.
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