Uno de los centros culturales bien interesantes de La Habana, el Museo Nacional de Artes Decorativas, ofrecerá durante todo el año una decena de exposiciones y sus habituales presentaciones artísticas con motivo del cumplimiento de sus 55 años de fundado. Ubicado en un fastuoso palacete que perteneció a una de las mujeres más ricas de Cuba, la Condesa de Revilla de Camargo, el edificio situado en la barriada de El Vedado se convirtió el 24 de julio de 1964 en un museo especializado en obras utilitarias y ornamentales que atesora unas 36 000 piezas de alto valor artístico e histórico.
Entre las acciones conmemorativas sobresale una Retrospectiva que, del 5 de abril al 12 de julio, mostrará un conjunto de las piezas más importantes de la colección desde los inicios del Museo Nacional de Artes Decorativas, que incluyen muebles, vajillas, lámparas, porcelanas y cristalería de enorme valor originarias de países de Europa y Asia.
Muchas de esas piezas fueron abandonadas por las familias más acaudaladas del país tras salir de Cuba después de 1959 y fueron rescatadas para el patrimonio nacional por las autoridades.
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