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Alberto Lescay Escultor cubano

Con permiso... Tres preguntas

La obra de este prolífico escultor abarca más de 35 años y sus piezas se extienden por Cuba y varios continentes. Alberto Lescay impulsó hace diez años la Fundación Caguayo, una iniciativa que pretende, entre otros objetivos, promover el desarrollo de las artes plásticas en la Isla y fuera de ella. La obra de este prolífico escultor abarca más de 35 años y sus piezas se extienden por Cuba y varios continentes. Alberto Lescay impulsó hace diez años la Fundación Caguayo, una iniciativa que pretende, entre otros objetivos, promover el desarrollo de las artes plásticas en la Isla y fuera de ella. Esta institución representa a más de 300 artistas plásticos cubanos, presta servicios a embajadas y a otras entidades y en sus talleres han trabajado creadores de casi una veintena de países, con una fuerte proyección hacia el Caribe, según explica en esta entrevista el propio Lescay.

-¿Qué objetivos ha cumplido la Fundación Caguayo en su primera década de vida?

-Con la Fundación comenzó a concretarse un anhelo de muchos escultores cubanos; era una necesidad. Se carecía de una infraestructura para obras de gran formato, sobre todo en lo que se refiere a la fundición. El punto de partida fue el conjunto escultórico dedicado al mayor general Antonio Maceo en Santiago de Cuba, que comenzó a gestarse en 1982 como el más ambicioso concebido en el país hasta entonces. Ahora estamos en una etapa de consolidación para seguir adelante. La institución representa a más de 300 artistas plásticos cubanos, presta servicios a embajadas y otras entidades y en sus talleres se han emprendido obras de creadores de más de 15 países, con una fuerte proyección hacia el Caribe. De importadora, Cuba ha pasado a ser exportadora de esculturas, pues antes esas piezas eran realizadas por extranjeros y las concebidas por cubanos se llevaban a fundir fuera del territorio nacional. La figura de José Martí en la Tribuna Antimperialista junto al malecón habanero, el John Lennon sentado en un banco del Vedado, en La Habana y muchas otras piezas monumentarias han salido de las instalaciones de la Fundación.

-¿Cuáles de sus obras le han proporcionado mayores satisfacciones?

-La portada del calendario de 2005, elaborado por la primera década de Caguayo. Tiene la imagen de la plaza Antonio Maceo, de esta ciudad, repleta de gente en una de las conmemoraciones patrióticas realizadas allí. En tales ocasiones, la obra funciona en su expresión más alta. Esa escultura fue para mí un compromiso con Maceo y su familia, con mi ciudad, con Cuba y la población negra del mundo. Aunque no fue pensada así, con el tiempo, y sobre todo muchos norteamericanos, la han visto como una dignificación de esa raza y plantean que no existe otra igual. En el Monumento al Cimarrón, aquí en El Cobre, se genera una comunicación muy fuerte con las personas en un plano espiritual profundo. Los venezolanos han asumido como su símbolo el Monumento al Espíritu Guerrero de ese pueblo, ubicado desde 1996 a la entrada de la ciudad de Puerto Cabello, en el estado de Carabobo. Allí se desarrollan actividades sociales y patrióticas. Además, en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores tengo una escultura del Che que a la gente le gusta mucho y se acerca a la imagen que tengo de él.

-¿Y cuáles son sus próximos proyectos?

-Preparo una exposición de pintura y escultura, y quizás algo de dibujo, en la galería Villa Manuela, de la Unión de Escritores y Artistas, en La Habana. La haré por mis 55 años, en noviembre próximo. El título provisional es “Sueños del cimarrón”. Me subyuga el compromiso del monumento a Lam y espero terminar el modelado en el tamaño definitivo que será de siete metros. Trabajo en bocetos para una escultura a la heroína Celia Sánchez y otra de Compay Segundo, que deberá estar lista para su centenario en 2007. También trabajo en un retrato escultórico del líder africano Marien Ngouabi. Además participaré en el proyecto internacional Escultura mestiza, con una exposición de arte cubano que se instalará en Madrid y otras ciudades españolas. Este año exhibiré, asimismo, una muestra bipersonal en Berlín con el escultor alemán Marcos Flierl. Como cada año, durante el XXV Festival del Caribe en julio próximo, estaré con una exposición de grabados en la Casa del Caribe, en unión de una joven artista plástica como invitada, Liudmila López.

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