Alvaro RIOS Secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE)

En declaraciones a la agencia Prensa Latina, el secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de la Energía, Alvaro Ríos, asegura que la Isla ha avanzado mucho en los últimos tiempos en matería de eficiencia energética y que ha desarrollado algunas experiencias que quizá puedan aplicarse en otros países de la región. Para Ríos, el problema del subcontinente latinoamericano reside en que dispone de amplios recursos energéticos, pero no los utiliza adecuadamente para cubrir las necesidades de la población. Un problema que, en parte, se complica con la actual tendencia alcista de los precios del petróleo. En declaraciones a la agencia Prensa Latina, el secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de la Energía, Alvaro Ríos, asegura que la Isla ha avanzado mucho en los últimos tiempos en matería de eficiencia energética y que ha desarrollado algunas experiencias que quizá puedan aplicarse en otros países de la región. Para Ríos, el problema del subcontinente latinoamericano reside en que dispone de amplios recursos energéticos, pero no los utiliza adecuadamente para cubrir las necesidades de la población. Un problema que, en parte, se complica con la actual tendencia alcista de los precios del petróleo.

-¿Cuál es su opinión sobre la eficiencia real que posee Cuba a la hora de explotar sus recursos energéticos?

-Lo cierto es que esta misión de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) que encabezo ha venido a la Isla a aprender. Pienso que Cuba ha avanzado mucho en materia de eficiencia energética y que ha realizado experiencias que probablemente podrían aplicarse con éxito en otros muchos países de la región que necesitan también reforzar su eficiencia en este campo. Las mejoras de Cuba tienen que ver desde luego con los esfuerzos que se han realizado en este país para conseguirlo. Y éso a pesar de que se trata de un territorio que, de momento, no dispone de amplios recursos petroleros, algo que sí sucede en otras naciones de Latinoamérica. Por éso repito que hemos venido aquí a aprender. También voy a aprovechar mi visita para entrevistarme con los responsables del Ministerio para Inversión Extranjera y la Colaboración Económica de Cuba y de otras instancias oficiales relacionadas con la energía con el objetivo de ver la fórmula de que se puedan desarrollar vínculos de cooperación regional que sirvan para mejorar la situación en todo el subcontinente.

-¿Cree entonces que los países de Latinoamérica no aprovechan adecuadamente la riqueza energética que poseen?

-Estamos en un área que dispone de recursos energéticos abundantes y que, sin embargo, no están utilizados de la forma adecuada para que redunden en beneficio de la población. Y esa es, precisamente, una de las tareas principales de la OLADE: impulsar la colaboración para que esos recursos existentes en el conjunto de Latinoamércia sean usados de un modo racional que contribuya a permitir que exista un mayor desarrollo y aumente el progreso en la región. Creo, por ejemplo, que los recientes acuerdos en materia de cooperación petrolera que ha suscrito con Venezuela constituyen un paso importante para la integración del subcontinente. Nosotros consideramos un factor positivo que este país trabaje junto a otras naciones del subcontinente que tienen grandes necesidades y grandes problemas relacionados con la energía y su uso eficiente. Sin embargo, es cierto que esa fuente de energía tiene un precio que marcan los mercados internacionales y hay que tenerlo en cuenta. Si no se piensa en él, llegan luego los desabastecimientos y otras consecuencias.

-¿Qué pueden hacer los países de la región para avanzar en el aprovechamiento de sus recursos conjuntos?

-Creo que la propia existencia de la OLADE es un punto a favor de esta idea. En esta organización, cuya Secretaría Ejecutiva asumí el pasado 23 de enero durante su XXXVI reunión de ministros, se integran 26 países que realizan este intento de coordinación, de integración y de aprendizaje sobre experiencias comunes. De hecho, entre las prioridades de la agenda que hemos establecido desde que ocupo mi actual cargo se encuentra establecer mecanismos de cooperación entre los países latinoamericanos para desarrollar sus recursos energéticos de modo que contribuyan eficazmente al desarrollo económico y social de la región. Pero en este momento, conviene saber que la situación energética mundial se presenta caótica por culpa de los máximos que se dan en los precios del petróleo en el mercado internacional. Y el problema con el crudo es que se trata de un combustible que nos hemos acostumbrado a usar. Somos casi adictos, lo que lo convierte en un producto sin elasticidad, porque con independencia de que suba el precio puede subir la demanda.

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