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Crónicas habaneras

“¡Yo lo sabía, que la sangre no iba a llegar al río!”, fue la expresión concluyente de Ana María, una oficinista, cuando leyó en el diario Granma la noticia sobre el restablecimiento de los servicios consulares de la Sección de Intereses de Cuba en Estados Unidos. Y LA SANGRE NO LLEGÓ AL RÍO

“¡Yo lo sabía, que la sangre no iba a llegar al río!”, fue la expresión concluyente de Ana María, una oficinista, cuando leyó en el diario Granma la noticia sobre el restablecimiento de los servicios consulares de la Sección de Intereses de Cuba en Estados Unidos.

Según la nota, el 6 de diciembre el banco norteamericano M&T informó a esa representación la decisión de otorgar una prórroga hasta el 1 de marzo de 2014.

“Al menos, del lobo un pelo”, agregó Ana María tras continuar leyendo y conocer que los servicios consulares se mantendrán por el momento, solo hasta el 17 de febrero, pues a partir de esa fecha nuevamente serán paralizados los trámites de visado y actualización de pasaportes, salvo que aparezca un nuevo banco que abrigue las cuentas de las oficinas cubanas, gestiones que, según la nota, la Sección de Intereses de Cuba continúa realizando.

De todas formas, después de que hace unas dos semanas el Gobierno cubano anunciara la paralización de los trámites, la vida en la Isla ha seguido igual tras la alarma inicial, o por lo menos ha sido imperceptible la reducción de la llegada de cubanos residentes en EEUU, cantidad que aumenta considerablemente en los últimos días de diciembre, cuando muchos “exiliados” viajan a la Isla a pasar las fiestas de Navidad con sus familias.

Se ha comentado incluso en Radio bemba, que el Gobierno se ha hecho de la vista gorda y que estaba dejando entrar al país a personas que incluso no tenían sus documentos actualizados.

Algunos que llegaron en los últimos días afirman que en el aeropuerto de Miami les dijeron que podían abordar el vuelo sin inconvenientes y que cuando llegaron a La Habana, les informaban los funcionarios de inmigración que no tenían problemas y que solo debían dirigirse antes de una semana a las oficinas de la capital para que allí le hicieran un nuevo pasaporte, que sería la única condición para salir de nuevo de la Isla.

La alarma cundió de manera generalizada cuando el 26 de noviembre todos los servicios fueron suspendidos a causa del anuncio del M&T.

Desde la Isla calificaron esa decisión como un coletazo más del histórico embargo estadounidense, pero el Departamento de Estado se apresuró en decir que ayudaría a los cubanos a buscar otro banco que se haga cargo de sus cuentas, cosa que en realidad muchas casa bancarias no desean por la sencilla razón de que como la Isla lleva años en la lista negra donde Washington coloca a los gobiernos presuntamente terroristas, ello obliga a los bancos a realizar constantemente un papeleo descomunal cada vez que se mueve un centavo de las cuentas cubanas, así que lo mejor para ellos es quitarse el problema de encima.

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