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El pan nuestro de cada día

Radio Bemba

La calidad del pan es uno de los temas de la vida doméstica que más inconformidades provoca entre la gente. Es el pan nuestro de cada día: un pancito redondo, que según dicen las especificaciones técnicas, debe pesar 80 gramos; cuesta 0,05 centavos de CUP y lo reciben, uno per cápita, todos los cubanos, todos los días. La calidad del pan es uno de los temas de la vida doméstica que más inconformidades provoca entre la gente. Es el pan nuestro de cada día: un pancito redondo, que según dicen las especificaciones técnicas, debe pesar 80 gramos; cuesta 0,05 centavos de CUP y lo reciben, uno per cápita, todos los cubanos, todos los días.

“Yo creo que el pan de la libreta es ya lo único que cuesta un medio en este país” reflexiona Ernestina, un ama de casa, cuando sale de la panadería con los siete panecillos para los siete miembros de su familia.

“Quizá por eso es tan malo -la ataja su vecina Imilsis, a la que se encontró por casualidad haciendo también la compra- ¿te fijaste como están hoy? Parecen de goma, más chiquiticos que nunca, porque seguro que no le echaron levadura, y sin una gota de grasa. Así que hay que comérselos pronto porque ya mañana están verdes”.

Esa es la historia de casi todos los días en muchos hogares, sobre todo aquellos que tiene menos poder adquisitivo y tienen que recurrir al pan nuestro de cada día. Porque en la mayoría de los establecimientos los hay de mejor calidad, “por la libre”, pero también más caros y a las familias de bajo presupuesto no les da la cuenta para comprar todos los días ‘flautines’ de a 3 CUP o pancitos redondos de 1 CUP, mucho menos adquirir los que venden en ‘Sylvain’ la cadena de panaderías shoping donde los precios son en CUC, y menos aún en las emergentes panaderías privadas, que ofrecen verdaderos manjares. Unas y otras tienen su clientela, pero para la mayoría el pan nuestro de cada día es el que está más a la mano.

Muchos montan en cólera y salen de la panadería a mil porque es sabido por todos que los panaderos se hacen ricos y la mala calidad del pan diario de debe a que parte de la harina, la grasa, la levadura y hasta el azúcar, la venden por la izquierda al por mayor o la emplean en hornear otros panes que también salen por la izquierda.

Las autoridades lo saben y, o se hacen de la vista gorda, o no hallan la manera de resolver el entuerto en el marco de la empresa estatal.

«Este relajo se va a acabar el día que las panaderías sean privadas o cooperativas y ellos ganen por lo que vendan» aseguran muchos clientes que se sienten estafados aunque cueste solo 0,05 CUP.

Pero la solución no se ve cercana y las autoridades no hablan de liberalizar este sector como ha ocurrido en otros, así que mientras las cosas no cambien, la mayoría seguirá con «el pan nuestro de cada día» quemado o crudo, salado o desabrido con 80 gramos o menos, pero nunca más.

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