Juan FORMELL Líder de la orquesta cubana ‘Van Van‘

En declaraciones a Prensa Latina, el líder de la popular orquesta cubana ‘Van Van‘, Juan Formell, ha asegurado que la política de las emisiones de radio cubanas puede crear una crisis en la aceptación y el futuro de la música de baile cubano que, a pesar de tener el máximo respeto y aceptación en el mundo entero, se ve sustituido en en su propio territorio natural por el aumento de la aceptación entre la juventud de tendencias como el reguetón que parecen imponerse en los últimos tiempos. En declaraciones a Prensa Latina, el líder de la popular orquesta cubana ‘Van Van‘, Juan Formell, ha asegurado que la política de las emisiones de radio cubanas puede crear una crisis en la aceptación y el futuro de la música de baile cubano que, a pesar de tener el máximo respeto y aceptación en el mundo entero, se ve sustituido en en su propio territorio natural por el aumento de la aceptación entre la juventud de tendencias como el reguetón que parecen imponerse en los últimos tiempos. Una circunstancia que, sin embargo, no afecta a la popularidad de la agrupación que lídera Formell que, tras 40 años en los escenarios, mantiene intacta su vigencia. El secreto, sería haber respetado los cánones del son tradicional y preocuparse de que el público baile.

-¿Cree que la música de baile tradicional cubana está en crisis en este momento?

-En Cuba hay una crisis de difusión de esta música. No se trata de una crisis creativa. Ni tampoco de una crisis que afecté a otras partes del mundo. Nosotros estuvimos a final del año pasado en la Feria de Cali, en Colombia, y llenamos un estadio con capacidad para 60.000 personas que cantaban nuestros números. Aquí en la Isla, me parece que las radios se han excedido con la difusión del reguetón. Y aquí dependemos mucho de la radio. Bueno, yo creo que en el mundo entero la música popular depende de la radio, pero aquí mucho más porque no hay tanta venta de discos extranjeros, hay que esperar a que la radio te ponga la música para oírla. Con esto no quiero decir que el reguetón no tenga sus valores. Debe tenerlos, porque cuando una música se hace masiva es por algo, pero hay que hacer una reflexión. Hay que pensar por qué hemos perdido valores que estaban ahí: por ejemplo, las orquestaciones. Antes en un número se hablaba del compositor, del arreglista, ahora no se habla de nadie, porque no hace falta, el autor no es importante, porque todos los números son iguales…Todos los reguetones se parecen mucho.

-¿Piensa que debería adoptarse alguna estrategia para contrarrestar esta situación?

-En las radios cubanas han tratado de separar los géneros y ese es un error. Aquí estimulan mucho una cosa y dejan aparte otras. Hay programas especiales de música antigua, de bolero o de danzón. Pero la música no se debe separar hay que propiciar que el oyente escuche una amplia variedad de géneros, porque en la variedad es donde está la gracia. Quizá los directores de programas de radio tendrían que tener más información de lo que pasa en el mundo. Que sepan quiénes son los cantantes nuevos norteamericanos, los nuevos estilos, las mezclas que funcionan en otros sitios como EE UU, por ejemplo. Los músicos también necesitan esa información. Nosotros lo hemos comprobado. Además del trabajo que hicimos en Colombia, estuvimos en un festival de jazz en Jamaica, donde la estrella principal era Lionel Ritchie y allí, los ‘Van Van‘, cantando en español, triunfamos. Esos festivales tienen un espectro muy grande, aunque sean festivales de blues o de jazz, incluyen a grupos como el nuestro de música bailable cubana, y a la gente le encanta. En Europa llenamos todos los lugares en los que actuamos.

-Entonces: ¿qué tienen los Van Van para mantenerse en primera línea durantes cuatro décadas?

-Nosotros hacemos música para que la gente baile, pero buena música. El

hecho de que la gente baile una música no quiere decir que no reflexione con ella, yo te puedo estar contando una historia que sea bailable, que sea rica y que tenga doble sentido, pero a lo mejor es para reflexionar. Y también está el son que es el común denominador de la música cubana. Una música que la baila cualquiera, que se

convierte después en salsa, en timba, en songo… Hay una cadencia ahí que tú tienes que buscar y respetar. La salsa que se hace en Cuba es dura, la salsa light es la que se baila en Nueva York y esos lugares, más suave. Aquí es más agresiva, con el bajo, con el piano, con los tumbaos…Hay que dosificar la dureza para que la gente disfrute y baile. También hay que buscar otros trucos, por ejemplo, que el bailador se vea metido dentro de la historia que se está contando. Para eso hay que estar en la calle, saber lo que pasa hablar cómo habla la gente. Luego, el coro es lo que define la importancia de un número, pero no basta con eso. Se necesita también una buena orquestación, que haya una estructura. Eso viene desde Matamoros.

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