En declaraciones a Prensa Latina, Norberto Espinosa, director del Grupo Nacional de Ganado Porcino de Cuba, ha asegurado que Cuba se encuentra en condiciones de producir en 2015 cerca de 200.000 toneladas anuales de carne de cerdo, uno de los alimentos básicos para la población de la Isla. En declaraciones a Prensa Latina, Norberto Espinosa, director del Grupo Nacional de Ganado Porcino de Cuba, ha asegurado que Cuba se encuentra en condiciones de producir en 2015 cerca de 200.000 toneladas anuales de carne de cerdo, uno de los alimentos básicos para la población de la Isla. La situación contrasta poderosamente con las cifras de hace poco más de una década cuando, tras la desaparición de la URSS, la mayor de las Antillas vio reducida su producción a sólo 22.000 toneladas. Según Espinosa, la participación de las cooperativas y la crianza popular de animales han sido las claves del proceso de recuperación del sector.
-¿Qué evolución ha seguido en los últimos años la producción de carne de cerdo?
-Cuba logró producir en 1989 102.000 toneladas de carne de cerdo, fue el momento cumbre, pero tras la desaparición del campo socialista, la producción se deprimió y en 1993 cayó a sólo 22.000 toneladas. En 2005, el propio Fidel Castro se implicó en el asunto e integró la producción de esta carne en el programa de la Batalla de Ideas. En ese momento se importaron de Canadá 16.000 reproductoras de genética altamente probada, lo que permitió una recuperación notable de la actividad. Ese mismo año se alcanzaron las 60.000 toneladas de esa carne, luego en 2007 se lograron las 90.000 y en 2009 más de 140.000, pese a las limitaciones de recursos. Una de las claves ha sido la implicación en la tarea de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP). Ahora hay unas 350 cooperativas que trabajan para conseguir una producción de 100 toneladas anuales cada una.
-¿Qué otros cambios se han introducido con idea de mejorar las cifras?
-La Isla aplica hoy una nueva estrategia para el desarrollo de la producción de carne de cerdo que, en nuestra opinión, puede permitir su crecimiento sostenido y notables resultados en la sustitución de importaciones de alimentos. Es un producto prioritario para garantizar la cantidad de proteínas necesarias en la alimentación de las familias y cubrir todas las demandas sociales. Ahora, gracias a los convenios que mantiene el Estado con los cooperativistas y campesinos estos objetivos parecen más cerca. Sobre todo porque se ha conseguido integrar el cultivo de alimentos específicos para la cabaña que permiten también aquí reducir las importaciones. Por eso, en este ámbito cuando se habla de la participación en la cadena productiva hay que decir que un tanto por ciento alto corresponde al Estado, pero la ceba se concentra ahora principalmente en manos del sector cooperativo campesino y esta opción aumentará.
-¿Cuáles son los objetivos que se han marcado para los próximos años?
-Según los planes previstos, en 2015, la producción porcina del país debe alcanzar las 200.000 toneladas anuales. Eso supone que durante el próximo lustro, y ya desde este mismo ejercicio 2010, tenemos que lograr un incremento de 80.000 toneladas de ese alimento, lo que, adicionalmente nos permitiría un ahorro en ese periodo de unos 300 millones de dólares que ahora son necesarios para importar la carne que se consume en la Isla y que no producimos aquí. Una de las vías que se exploran con idea de hacer posible el cumplimiento del plan es el fomento de esta actividad ganadera en la agricultura suburbana mediante el establecimiento de convenios y de sistemas de crianza popular en los patios, sistemas que ya han propiciado el desarrollo de la masa porcina en los últimos años. Por eso, nuestra intención es mantener la cría popular de cerdos a pequeña escala en las fincas y lugares en que sea posible.
