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Quizá las ligazones de las que esta dotado el sistema político cubano sean mas fuertes de lo que algunos reían

En 15 días...

Si estas líneas se correspondieran con una crónica política, el autor se enfrentaría a la notable dificultad de idear algo. Si estas líneas se correspondieran con una crónica política, el autor se enfrentaría a la notable dificultad de idear algo. Sobre todo, porque nada sustancialmente nuevo ha ocurrido en los últimos meses, ni tampoco desde el 31 de julio del pasado año, el día que Fidel Castro cedió temporalmente el poder al “Consejo de Regencia” que encabeza su hermano Raúl. Quizá se trate de que el sistema cubano estaba dotado de informaciones más sólidas de lo que algunos creían, tal y como siempre defendió el comandante revolucionario, o a lo mejor lo que ocurre es que a nadie con poder real, ni dentro ni fuera de la Isla, le parece interesante ahora que varie de forma sustancial la situación, porque nadie tampoco se atreve a garantizar lo que pude ocurrir en ese día después que tiene que llegar en algún momento.

De hecho algunos episodios de cierto calado no han sido pasados por el matiz de la estridencia, como la liberación en Florida del terrorista Posada Carriles o incluso los traspiés en la gestión de la industria turística del país. Hechos que sólo son objeto de las tradicionales salvas de respeto sin que hayan provocado mayores sobresaltos.

El viajero menos avisado accedería fácilmente a la convicción de que una suerte de calma chicha se ha abatido sobre Cuba, de que no hay viento por ninguna parte, ni tampoco ningún movimiento en el oleaje que conforman los tejidos de la política cotidiana de la mayor de las Antillas. Sin embargo, semejante tranquilidad, realmente sólo sirve casi con seguridad para encubrir algunos movimientos de variable intensidad en las escalas geopolíticas y sociales que tienen como objetivo buscar una cierta garantía de futuro. La cuestión es que en Cuba estas posibilidades sólo pertenecen al mundo de los iniciados y éstos están dotados de una curiosa condición: la de convertirse cuando conviene en mudos parciales alternativos.

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