Racso FERNANDEZ Jefe del Departamento de Arqueología del Instituto Cubano de Antropología

En declaraciones a Prensa Latina, el jefe del Departamento de Arqueología, del Instituto Cubano de Antropología, y coordinador general del Grupo Cubano de Investigaciones de Arte Rupestre (GCIAR), Racso Fernández Ortega, ha asegurado que la elaboración de un completo mapa de las estaciones de arte rupestre de la Isla abre algunos interrogantes sobre los conocimientos y los grupos humanos diferenciados que habitaron en la mayor de las Antillas en los años de la prehistoria. En declaraciones a Prensa Latina, el jefe del Departamento de Arqueología, del Instituto Cubano de Antropología, y coordinador general del Grupo Cubano de Investigaciones de Arte Rupestre (GCIAR), Racso Fernández Ortega, ha asegurado que la elaboración de un completo mapa de las estaciones de arte rupestre de la Isla abre algunos interrogantes sobre los conocimientos y los grupos humanos diferenciados que habitaron en la mayor de las Antillas en los años de la prehistoria. Fernández Ortega asegura también que ahora sería necesario establecer una investigación arqueológica más detallada sobre los hallazgos contabilizados para desvelar la respuesta a los nuevas preguntas que han aparecido tras la culminación de este interesante inventario.

-¿Cuál es a su juicio la principal aportación del mapa de pintura rupestre que han concluido?

-En Cuba también es vasta la presencia de grafías prehistóricas, aun cuando en otras islas de las Antillas mayores es más numerosa su existencia. Por eso era necesaria esta obra, este mapa del dibujo rupestre que muestra que hasta el momento han sido descubiertos en el país 223 yacimientos de este tipo. Gracias a este trabajo sabemos cuántas de nuestras estaciones rupestres contienen pinturas, petroglifos o la combinación de ambos. Hemos contabilizado las pictografías hechas en color negro, rojo y las que mezclan estos matices con los espacios en blanco. Asimismo, el largo proceso de realización del mapa permitió identificar las áreas en las que se ubican cada una de las estaciones. De hecho, la información cualitativa que ofrece este mapa es su aporte más importante. También es destacable que durante el proceso de su realización el GCIAR estableció un modelo para el registro del dibujo rupestre en Cuba en aras de homogeneizar la información que se recoja en las estaciones, porque este trabajo ofrece un espectro de datos gigantesco que descubre peculiaridades desconocidas hasta ahora de muchas zonas.

-¿Qué ejemplos destacaría de esas peculiaridades regionales del arte rupestre cubano?

-Hay muchos ejemplos interesantes. En Pinar del Río, Matanzas y Sancti Spíritus encontramos pictografías en rojo y el negro aparece desde Guantánamo, pero el rojo no. No sabemos los motivos, aún. Y hay más interrogantes que hemos abordado, como el el hecho de que Punta de Este, Isla de la Juventud, sea el único yacimiento del país, donde se encuentre la combinación del rojo y el negro. En definitiva, ahora pasamos a otra etapa, la de hacer estudios sin tener que acudir al sitio concreto, una vez que las estaciones fueron investigadas durante todo el proceso de realización del mapa. Pretendemos hacer más trabajos que ayuden a homogeneizar los sistemas de documentación y registro. Se trata de actualizar la información. Queremos aprovechar las nuevas concepciones de análisis e interpretación del dibujo rupestre, basados en la propuesta de Jorge Calvera. Este investigador estableció una relación entre los diseños cerámicos de los sitios arqueológicos del área de la Sierra de Cubitas, y los pictográficos rupestres. La comparación indicó que existía repetición de los diseños cerámicos en las pictografías de algunas cuevas.

-¿Punta del Este es la estación de pintura rupestre más completa que hay en Cuba?

-Punta de Este es la estación más completa más divulgada, pero la menos estudiada. Por lo menos, desde el ángulo de la sistemática arqueológica, que es el que nos concentramos ahora. Es cierto, como dijo el gran experto Fernando Ortiz, que se trata de la Capilla Sixtina del dibujo rupestre cubano. Yo, por supuesto, coincido con algunas de las hipótesis que este conocido científico formuló con respecto a las conclusiones sobre el desarrollo humano que puede deducirse de estas pinturas. Los grupos que hicieron esos dibujos, por ejemplo, quizá podían perfectamente llevar un conteo primario del tiempo. Con sistemas puntuales que les permitieran predecir los nueve meses del embarazo. O también otros segmentos temporales como la época de reproducción de las plantas y los animales o las temporadas de lluvia y huracanes. Pero no ha existido una sistemática para poder hacer un análisis integral de esos dibujos, aunque sí se hayan dedicado largas jornadas a ver la posición del sol en el zenit y los lugares que se iluminaban en el equinoccio y cómo en la bóveda celeste podía verse el paso del sol a través de la entrada.

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