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Vladimir ANDINO Presidente del Instituto de Investigaciones del Tabaco de Cuba

Con permiso... Tres preguntas

En declaraciones a Prensa Latina, el presidente del Instituto de Investigaciones del Tabaco de Cuba (IITC), Vladimir Andino, asegura que el impacto del trabajo de los investigadores sobre el proceso de producción, su eficiencia y la reducción de sus costes, es cada vez mayor, gracias, sobre todo, a que la institución está perfectamente integrada en Tabacuba, el sistema empresarial cubano del sector. En la actualidad, el IITC investiga 45 proyectos destinados a mejorar la calidad de los habanos en colaboración con 13 centros universitarios del país y el Centro de Sanidad Vegetal. En declaraciones a Prensa Latina, el presidente del Instituto de Investigaciones del Tabaco de Cuba (IITC), Vladimir Andino, asegura que el impacto del trabajo de los investigadores sobre el proceso de producción, su eficiencia y la reducción de sus costes, es cada vez mayor, gracias, sobre todo, a que la institución está perfectamente integrada en Tabacuba, el sistema empresarial cubano del sector. En la actualidad, el IITC investiga 45 proyectos destinados a mejorar la calidad de los habanos en colaboración con 13 centros universitarios del país y el Centro de Sanidad Vegetal.

-¿Considera que es adecuado el impacto de los trabajos del instituto que preside sobre la elaboración de habanos?

-Francamente nosotros nos sentimos muy satisfechos con el trabajo efectuado. Creo que la tarea que se desarrolla en el Instituto de Investigaciones del Tabaco de Cuba (IITC) es verdaderamente positiva y buena prueba de ello es que el impacto de estas investigaciones sobre la producción de los habanos aumenta cada día, desde el mismo momento en que empezamos a trabajar en nuestra sede de San Antonio de los Baños en 1985. Desde entonces, la principal inquietud del IITC consiste en la búsqueda de avances tecnológicos prácticos que sirvan para impulsar mejoras en la cosecha del tabaco y también las otras necesidades de este sector productivo. Para conseguirlo nos apoyamos en el trabajo de campo, realizado sobre el terreno, que resulta posible gracias a las estaciones experimentales de que disponemos, que se encuentran ubicadas en las principales zonas tabaqueras de la Isla. Allí están las instalaciones adecuadas para buscar y poner a prueba las nuevas semillas básicas de alta calidad y mejor grado de conservación junto al mejoramiento de los suelos.

-¿Cómo se establece la relación entre los investigadores del instituto y los encargados de los procesos de producción?

-También ayuda mucho en esta interrelación el hecho de que el IITC pertenezca al sistema empresarial de tabaco de Cuba (Tabacuba), que conforma junto a 45 empresas del sector, lo que hace que la base científica que aporta la instutución esté completamente centrada en la cadena productiva. Ese es también el motivo por el que nos encargamos de otros asuntos como la capacitación técnica y contemos con varias subdirecciones orientadas tanto a los proyectos genéticos, como a las técnicas productivas del sistema de contacto y extensionismo agrícola. La preocupación por la calidad se refleja también en estructuras específicas de esta institución como la subdirección para calidad, o las direcciones de calidad del sistema, recursos humanos, capacitación, las dos estaciones experimentales a las que me refería antes que están en San Juan y Martínez, en la provincia de Pinar del Río y en Cabaiguán,en la provincia de Sancti Spíritus. A esa cadena, eminentemente práctica, se incorpora también otro grupo específico situado en la provincia de Granma.

-¿En qué proyectos concretos trabaja ahora el Instituto y qué resultados ha obtenido hasta el momento?

-Otra muestra de la interrelación creciente entre nuestros investigadores y los sistemas de producción es que hasta el año 2000 era el propio instituto quien decidía el sentido de sus trabajos y desde entonces, éstos se han orientado hacia las necesidades demandadas por las distintas áreas de interés. Entre los temas actuales de indagación se encuentra el desarrollo de la producción, el estudio de las cepas de todo el país, las áreas de vegas finas y segunda, el tabaco Burley, el riego en el cultivo, y el desarrollo productivo en la región oriental. También examinamos la disminución de los costos del tabaco torcido, la producción de capa oscura y verde, el tiempo de añejamiento de las reservas y el estudio de los metales pesados, entre otros asuntos. Hay 45 proyectos de investigación en marcha en los que trabajamos con varias universidades y el Centro de Sanidad Vegetal. Entre los resultados, destacaría las ocho nuevas variedades de tabaco negro, el grado de añejamiento superior, el Cohiba Maduro, la Serie D No.4 de Partagás, los diseño de capas oscuras para pirámides y robustos.

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