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Zafarrancho de combate

Radio Bemba

En En algunos mercados de productos agrícolas de la capital comenzó el zafarrancho de combate de las amas de casa y de los pescadores en río revuelto, dispuesto a sacar ganancias a como dé lugar. Todos al grito de guerra: ¡Llegaron las papas! En En algunos mercados de productos agrícolas de la capital comenzó el zafarrancho de combate de las amas de casa y de los pescadores en río revuelto, dispuesto a sacar ganancias a como dé lugar. Todos al grito de guerra: ¡Llegaron las papas!

Tras una producción muy reducida en 2014 que llevó a que desaparecieran durante meses del mercado y hasta de los restaurantes, ya comenzó la cosecha de este año.

El noticiero de televisión se encargó de dar la voz de alarma al anunciar la recogida en algunas empresas de provincias, aunque sin aclarar si este año las siembras tendrán los mismos pobres resultados de la temporada anterior, si serán mejores, o tal vez peores.

Pero eso bastó para que se corriera la bola y muchos se dispusieron a pasar horas de cola en espera de que llegaran los camiones a los mercados y luego sacaran el tubérculo a la venta, como siempre, a 4.00 CUP la libra (poco menos de medio kilogramo).

Después de una fila de casi tres horas, Alberto, un jubilado encargado de todo lo que tenga que ver con las compras de la familia, llegó a su casa con diez libras de su preciosa carga:

«No daban más por persona, para que todo el mundo pudiera comprar», fue la explicación que le dio a su esposa, cuando está, en vez de enaltecer su sacrificio, solo le espetó: «¿Esas papitas nada más? Eso me lo como yo de una sentada».

Otros, más vivos que Alberto, marcaron varias veces en la fila, con solo dos o tres personas por medio, y aunque con tal proceder se ganaban la ira de la muchedumbre, al final salían como vencedores de una batalla medieval, cansados, pero con un botín de 30, 40 o más libras.

Otros, más vivos aún, hacían lo mismo, pero no para abastecer su despensa, sino para acto seguido, al doblar de la esquina, ofrecer su compra, pero mucho más caro, a 1.00 CUC la libra, a aquellos que prefieren primero morirse que hacer una cola, y menos para papas.

Aunque también los hay que miran la larga fila y el tumulto desde lejos, como Alejandro, otro jubilado, quien asegura que «la gente es mentecata; hacen cola para comprar papas como si no tuvieran otra cosa que comer, pero yo ni me aparezco por ahí, porque como siempre ocurre, dentro de pocas semanas van a estar muertas de risa en el mercado. Entonces uno puede comprar toda la que le dé la gana sin andar con tanta salación».

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