La aprobación de la nueva Ley del Registro Civil convierte a Cuba en uno de los países latinoamericanos que reconocen la autodeterminación de género, en línea con legislaciones como la española, aprobada en 2022. La reforma representa un cambio histórico para la comunidad trans cubana, que durante años ha exigido el reconocimiento legal de su identidad sin condicionamientos médicos ni legales.
Un trámite más accesible para mayores de edad
Los cubanos mayores de 18 años podrán ahora cambiar su sexo registral por solicitud personal, sin necesidad de someterse a cirugía de reasignación genital ni presentar pruebas de transformación corporal. Para hacerlo, solo deberán aportar su acta de nacimiento y un informe de un equipo multidisciplinario del Cenesex (Centro Nacional de Educación Sexual).
El cambio de sexo podrá realizarse hasta en dos ocasiones, siempre y cuando la primera modificación se haya solicitado durante la minoría de edad
Además, las modificaciones del sexo en el Registro Civil serán consideradas de acceso restringido, dado su carácter “sensible”.
Protección a menores e intersexuales
Para las personas menores de edad, la nueva norma exige una orden judicial para el cambio de sexo. En el caso de los recién nacidos intersexuales, serán los padres quienes decidan el sexo registral en función de los atributos físicos predominantes. Posteriormente, la persona podrá optar por un cambio, que dependerá de su voluntad si ya es mayor de edad, o del consentimiento parental si aún no lo es.
Con esta ley, se reconocen los derechos de las personas intersexuales y se respeta su identidad futura
Fin del laberinto burocrático
Hasta ahora, los cubanos trans enfrentaban largos y complejos procesos administrativos para lograr el reconocimiento legal de su identidad, lo que derivaba en discriminaciones cotidianas. Muchos preferían modificar únicamente su nombre, aunque esto acarreaba problemas adicionales.
La ONG Translúcidos, que agrupa principalmente a hombres trans, celebró la aprobación de la norma aunque expresó su preferencia por el uso del término “género” en lugar de “sexo”, al considerar que sería más inclusivo y adecuado.