La intervención de Cuba en la Asamblea General de la ONU, en el marco del 80 aniversario de la organización, estuvo marcada por un mensaje de fuerte crítica hacia Washington. El jefe de la diplomacia cubana acusó a Estados Unidos de quebrantar la Proclama de América Latina y el Caribe como zona de paz y de fomentar la inestabilidad global a través de sanciones, guerras y carreras armamentísticas.
Denuncia contra la política de EEUU en el Caribe
Rodríguez sostuvo que el despliegue militar estadounidense en el mar Caribe “intenta justificar una agresión militar” contra Caracas y vulnera los principios de convivencia pacífica en la región. En este sentido, expresó la solidaridad de Cuba con el pueblo y el Gobierno de Venezuela, a quienes consideró “víctimas” de una maniobra de provocación.
El canciller cubano acusó a Washington de romper la zona de paz proclamada por América Latina y el Caribe
Críticas al orden internacional y a la ONU
En su discurso, el ministro cubano alertó de una “erosión progresiva” de los principios fundacionales de Naciones Unidas. Aseguró que la institución se encuentra debilitada frente a un escenario internacional donde aumentan los conflictos, proliferan las sanciones y se incrementan los gastos en armamento.
Rodríguez advirtió que la ONU cumple 80 años en un contexto de mayor tensión global y debilitamiento de sus pilares
Palestina, Rusia e Irán, en el centro del discurso
Además de Venezuela, Rodríguez dedicó parte de su intervención a condenar el “genocidio” cometido por Israel contra el pueblo palestino con apoyo estadounidense. También cuestionó la estrategia militar de la OTAN, que, a su juicio, constituye una amenaza en las fronteras de Rusia y ha alcanzado incluso a instalaciones de Irán sometidas a salvaguardias internacionales.
El canciller cubano denunció la doctrina militar de la OTAN y el respaldo de EEUU a Israel
Un llamado a un nuevo orden mundial
En el cierre de su intervención, Rodríguez apeló a la construcción de un orden internacional basado en la soberanía de los pueblos, el respeto a la paz y la cooperación multilateral. “El mundo necesita un sistema justo y equitativo que priorice la seguridad humana sobre los intereses militares”, concluyó.



