La Contraloría General de la República lleva a cabo desde el 31 de octubre y hasta el 9 de diciembre una Comprobación Nacional al Control Interno ampliamente difundida por la prensa, aunque a nivel de Radio bemba no ha provocado “ni frío ni calor”. La Contraloría General de la República lleva a cabo desde el 31 de octubre y hasta el 9 de diciembre una Comprobación Nacional al Control Interno ampliamente difundida por la prensa, aunque a nivel de Radio Bemba no ha provocado “ni frío ni calor”.
Ello se debe, como dicen muchos, a que guerra avisada no mata soldados y que en muchas empresas -346 serán examinadas en esta ocasión- todo se prepara para cuando llegue el control y después “el relajo vuelve a ser el mismo de antes”.
En realidad no es que las acciones de la contraloría caigan siempre en saco roto, pues son muchos los errores que se detectan y no pocas las ocasiones en que “unos cuantos directivos salen tronados” como aseguran los comentarios de la calle, pero como raramente se informa quiénes son los defenestrados, a muchos les queda una sensación de que no pasa nada, que a la larga alimenta la impunidad.
Los resultados, que casi siempre se ofrecen en cifras globales, son poco alentadores, pues por lo general son más las entidades con problemas que las que aprueban, por lo cual muchos, con razón, advierten que si se conocieran al menos los casos más sonados, sería aleccionador para algunos directivos, aunque fuera por aquello de que “cuando veas las barbas de tu vecino arder…”
