La Piragua ha vuelto a ser notica en Radio Bemba, donde los que ya se acercan a la tercera edad recuerdan que hubo un tiempo cuando ir a La Piragua, equivalía a «echar un pie» bailando hasta la madrugada, beber cerveza «de pipa», refrescar la nota con la brisa del malecón, y al final hacer los cuentos de las broncas tumultuarias que con demasiada frecuencia ponían todo patas arriba. La Piragua ha vuelto a ser notica en Radio Bemba, donde los que ya se acercan a la tercera edad recuerdan que hubo un tiempo cuando ir a La Piragua, equivalía a «echar un pie» bailando hasta la madrugada, beber cerveza «de pipa», refrescar la nota con la brisa del malecón, y al final hacer los cuentos de las broncas tumultuarias que con demasiada frecuencia ponían todo patas arriba.
La Piragua surgió en los años 70 del siglo pasado y fue bautizada así, recuerdan algunos, porque entonces estaba de moda un merengue que hablaba de «la piragua de Guillermo Cubillo» y que retumbaba por los altavoces desde que comenzaba la música por las tardes hasta bien entrada la madrugada.
Ahora la explanada, que circunda parte del Hotel Nacional de Cuba, junto al malecón, retomó su tradición, nada menos que con la famosa orquesta Van Van, que congregó a miles de bailadores, muchos de los cuales esperan que vuelvan los buenos momentos de hace años, «pero sin el mal ambiente» que la hizo languidecer a finales de los 80.
Los jóvenes, muchos de los cuales no tienen con qué ir a las discotecas y bares que van floreciendo en la ciudad, son los más entusiasmados, porque aseguran que «bailar de gratis» con los mejores grupos musicales «es un chance que no se da todos los días» y para los turistas es algo «exótico» que no se puede dejar pasar.
