La comidilla en Radio bemba no ha cesado desde hace semanas, principalmente en los ambientes juveniles, en los cuales quien se precie de estar al día conoce y hasta canta las canciones de los mil y un reguetoneros que hay en Cuba. La comidilla en Radio bemba no ha cesado desde hace semanas, principalmente en los ambientes juveniles, en los cuales quien se precie de estar al día conoce y hasta canta las canciones de los mil y un reguetoneros que hay en Cuba.
El caso es que en un despliegue digno de los marines cuando ocuparon la guarida de Bin Laden, fuerzas especiales cubanas ocuparon, aunque sin disparar un tiro, la mansión de Gilberto Martínez Suárez, más conocido como Gilbertman en el mundillo de la farándula, sobre todo por recientes clips algo pasaditos de tono.
«¡El tipo se mató como Chacumbele!» es el comentario más escuchado a nivel de la calle, pues el Gilbertman hacía demasiada ostentación de una estrepitosa riqueza acumulada aparentemente en demasiado poco tiempo.
«El tipo no puede estar bien de la cabeza, pues en su página de Internet aparece fotografiado mostrando tremendos fajos de dólares y exhibiendo varias pistolas. ¿A quién se le ocurre tal cosa?» se preguntan quienes han tenido acceso a la página de Gilbertman en la red.
Dicen en Radio bemba que, con apenas 28 años, poseía una mansión que cubría una manzana entera con jardines y una piscina con bar sumergido y jacuzzi digna de cualquier hotel, rodeada de verjas espectaculares que cuestan una fortuna y lo aislaban de la plebe, pues está ubicada en una más que modesta zona de un barrio proletario por naturaleza: Guanabacoa.
Por si fuera poco, poseía una flota de 14 automóviles, incluidos un Audi y un Mercedes, en un país donde tener un solo auto ya es una proeza.
Por supuesto, ostentar no es delito, pero en Radio bemba se asegura que sobre él pesan acusaciones por corrupción de menores, posesión de armas, prostitución, drogas y enriquecimiento ilícito.
Pero lo que más morbo ha despertado en Radio bemba son los videos que circulan por Internet mostrando los detalles del operativo de la detención y los comentarios sobre otras figuras de la farándula reguetonera, mucho más conocidas que Gilbertman, que se dicen también rodaron junto con él, implicadas en asuntos un tanto turbios.
Aseguran además los que han seguido los chismes del caso, que casi con modestia, cuando era esposado por los agentes, Gilbertman decía una y otra vez que todo lo suyo era legal y que en la casa «solo» tenía 60.000 dólares.
Pero lo suyo viene de atrás, pues el muchachón había emigrado en 2005 a Estados Unidos, aunque regresó a Cuba en 2013, no porque se hastiara de la vida en ese país sino porque la justicia en Miami andaba pisándole los talones por haber cometido un tremendo fraude con tarjetas de crédito por unos 150.000 dólares.
