Aun cuando han debido enfrentar la competencia de ‘El Paquete’, ese invento cubano que pone al alcance del cliente casi todo lo que circula en internet sin la necesaria conexión a la red, los vendedores de discos piratas siguen frescos en las calles de La Habana ofreciendo «sus productos» con la mayor tranquilidad. Aun cuando han debido enfrentar la competencia de ‘El Paquete’, ese invento cubano que pone al alcance del cliente casi todo lo que circula en internet sin la necesaria conexión a la red, los vendedores de discos piratas siguen frescos en las calles de La Habana ofreciendo «sus productos» con la mayor tranquilidad.
Sus ofertas son la solución para aquellos que no tienen la capacidad de almacenaje suficiente que exige ‘El Paquete’, además de ofrecer música, películas, series, documentales y hasta realities shows «a la carta» a un precio más que módico, por lo cual no les falta clientela.
«Como la programación de la televisión está tan mala, todos los fines de semana compro un disco y ya tengo mi entretenimiento seguro», afirma una cliente asidua a uno de los tantos puntos de venta de la Calzada del Diez de Octubre, mientras que otros aseguran convencidos de que «hay para todos los gustos, menos pornografía».
Y para completar su dicha, los vendedores son legales, nada de persecución policial, y al parecer a nadie le interesa polemizar sobre propiedad intelectual, ni siquiera a los detractores de los negocios privados, así que siguen ahí, como dice uno de ellos: «con todo lo que usted pida, y si no, se lo buscamos».
