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No llegan pero, ya están aquí

Radio Bemba

El reglamento, ley, decreto, resolución o lo que sea para ampliar las cooperativas más allá de la agricultura, no acaba de llegar, y eso que «arriba» se dice que es una de las formas de gestión imprescindibles para echar adelante la economía. El reglamento, ley, decreto, resolución o lo que sea para ampliar las cooperativas más allá de la agricultura, no acaba de llegar, y eso que «arriba» se dice que es una de las formas de gestión imprescindibles para echar adelante la economía.

Los otros días, Claudio Alberto Rivera Rodríguez, presidente de la Sociedad de Cooperativismo de Cuba -no sabíamos que existía esa organización-, dijo al periódico Trabajadores que «La potenciación del cooperativismo como forma de gestión constituye una de las vías del proceso de actualización del modelo económico en el país», argumento que se repite hasta el aburrimiento.

Añadió que serán implantadas en la gastronomía, el transporte y otros rubros, y que para ello actualmente un grupo de «expertos» elabora una metodología aplicable a cualquier tipo de unión, un manual de cooperativismo y un sistema de contabilidad y las políticas tributarias, de precios y de seguridad social.

Pero de ahí no pasa y nadie sabe el porqué de la trabazón.

«No me lo explico -argumenta Cándido, un militante del PCC que no tiene pelos en la lengua para nadie- Resulta que autorizan que los privados tengan hasta asalariados y sin embargo pasan más trabajo que un forro de catre para permitir que la gente se asocie y organice pequeñas empresas, como las cooperativas en el campo».

Lo mismo piensa y se pregunta mucha gente.

«Para mi es un enigma -dice Alicia, una profesora universitaria-, que al Estado que se dice socialista le sea más fácil promover la propiedad privada que la colectiva de las cooperativas, pero en fin, de todo hay en la viña del Señor». Sin embargo, como la vida se mueve más rápido que los papeles y los burócratas, ya hay quienes han armado algo así como cooperativas «por la izquierda». Pedrito es un ejemplo con su brigada de constructores. Son él, dos hermanos, un cuñado y un sobrino. No salieron de la nada, pues el cemento y los ladrillos los llevan en la sangre, como el mismo dice, porque aprendieron el oficio de su padre, y su padre del abuelo. Como saben lo que hacen, trabajan con calidad y rápido; empatarse con ellos cuesta trabajo pues tienen una abultada agenda de encargos, y en un pis pas levantan una casa completa, o la reparan de una punta a la otra, y eso se paga, así que ganan plata en abundancia que se reparten con equidad, pero sin igualitarismo, según la tarea que haya realizado cada quien en la obra, las decisiones las toman en colectivo, paga cada cual su licencia como trabajador por cuenta propia y ya. Así de sencillo…y todos contentos y satisfechos.

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