Los rumores se desataron en La Habana en las últimas semanas y algunos llegaron hasta decir que “van a cerrar los paladares”, lo cual provocó preocupación en los propietarios y empleados de esos establecimientos, que solo en la capital ya sobrepasan los 500, por la suspensión temporal de licencias para nuevos negocios de ese tipo. Los rumores se desataron en La Habana en las últimas semanas y algunos llegaron hasta decir que “van a cerrar los paladares”, lo cual provocó preocupación en los propietarios y empleados de esos establecimientos, que solo en la capital ya sobrepasan los 500, por la suspensión temporal de licencias para nuevos negocios de ese tipo.
Sin embargo, vicepresidenta en funciones de la Administración provincial, Isabel Hamze, afirmó públicamente que no hay tal intención, pues –aseguró- “son insustituibles, queremos preservarlos, que sean exitosos, pero todo ello con orden”.
Los comentarios surgieron al parecer tras una reunión de la Administración con al menos 120 propietarios de restaurantes y cafeterías privados para “alertar” sobre situaciones que pueden acarrear medidas “rectificadoras” y sanciones.
Es una larga lista que va desde el impago de impuestos, inversiones de capital de dudosa procedencia o tener empleados sin contrato de trabajo, hasta asuntos más serios como el uso de algunos locales para la prostitución y la venta de drogas.
Según algunos propietarios, “la alerta es buena, porque guerra avisada no mata soldados”, mientras para otros “no se debe pagar justos por pecadores”, pero todos coinciden en que “mejor andar al hilo, porque ahora van arreciar más las inspecciones”.
