Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Julián MEDINA Presidente de la Industria Molinera de La Habana

En declaraciones a Prensa Latina, Julián Medina Jiménez, presidente de la Industria Molinera de La Habana, ha explicado la importancia de esta empresa para asegurar el pan a los ciudadanos residentes en la mayor de Las Antillas. El alto directivo ha destacado las expectativas y potencialidades que puede aportar la compañía al futuro de la Isla. Medina está orgulloso del sistema de control de calidad y la seriedad en sus producciones. No menos importante, para el alto directivo, es la distribución, con la que se intenta llegar a la mayoría de espacios geográficos cubanos. Además de acercar el pan a los ciudadanos, la empresa ofrece trabajo a una buena parte de la población. -¿Qué importancia tiene la Industria Molinera de La Habana para la alimentación de los ciudadanos?

-El pan nuestro de cada día, que en la Isla les llega sin falta a los cubanos, tiene respaldo hoy de parte de la Industria Molinera de La Habana (IMSA). Estos nexos constituyen, en la práctica, un panorama exitoso. Estoy satisfecho por esos vínculos. La Feria Internacional de La Habana FIHAV 2010, ha sido el momento ideal para exhibir lo avanzado y lo que viene para el futuro. Al inicio, la planta, ubicada en el municipio capitalino de Regla, produjo 350 toneladas de molienda de trigo panificable y 100 de trigo Drum o Cristalino, que es una sémola para producir pastas, elaboración esta última en la cual esta planta es única en la Isla. Luego de la apertura, se registraron varias ampliaciones, hasta llegar a una capacidad de 200.000 toneladas de trigo por año, y 150.000 de harina en igual periodo. La comercialización de estas producciones está destinada a la canasta básica en un 95%

-¿Podría hablarme usted de la inversión y de quiénes han participado en ella?

-La inversión ha sido muy satisfactoria. En ella tomaron parte la empresa local Coralsa y la mexicana Industrial Molinera. Estoy convencido de que se cubrieron todas las expectativas y aún en la actualidad se espera poder abarcar otras potencialidades que se mostraron en FIHAV. Como nuevas posibilidades quiero destacar, de la parte mexicana, los molinos de trigo y las plantas procesadoras de frutas y de vegetales. En la planta de IMSA trabajan 155 personas, incluyendo los transportistas, y a todos se les llama colaboradores, para mantener la filosofía de unidad de esta empresa. La planta central está distribuida en un edificio administrativo, los molinos, y 18 silos para 27.000 toneladas de almacenamiento de trigo, además de los espacios para guardar productos terminados y subproductos. La sémola va directamente, a granel, en las tolvas o cisternas, a tres plantas productoras de pastas.

-¿Cuáles son las plantas de las que habla y puede hablarme del proceso de transporte?

-Son Marta Abreu, en la ciudad central de Cienfuegos; Noel Fernández, en la oriental Camagüey; y Vitanova, en San José de las Lajas, La Habana. Un eslabón principal es la flota de 19 camiones especializados para el traslado de elementos como las tolvas para la distribución de sémola a granel, ya que el resto de las producciones se suministran en sacos. Todo el proceso tiene un estricto control de calidad, avalado por las normas ISO, las cuales tienen aquí sus registros actualizados hasta el presente, un aspecto que acredita la seriedad de esas producciones. La distribución propia ayuda, en el caso de la sémola, a la protección del producto para su llegada a plantas en Ciudad de La Habana, La Habana, Matanzas, Pinar del Río, Isla de la Juventud, y, mediante vía férrea, a Santiago de Cuba. Al disponer de su transporte, la entidad garantiza la calidad y control en cada embarque.

Más información

Scroll al inicio