La visita del presidente cubano a China se orienta a captar inversión extranjera en sectores con impacto rápido sobre la economía real. Con un mensaje directo a compañías ya instaladas y a nuevos actores, La Habana persigue elevar el listón económico de una relación política que considera estratégica y de “altura histórica” en vísperas del 65º aniversario de sus lazos diplomáticos.
Shenzhen: señal al capital empresarial chino
Díaz-Canel trasladó a los más de 70 asistentes que Cuba invita a “continuar contribuyendo al desarrollo económico cubano, en el corto, mediano y largo plazo”, con el objetivo de acelerar proyectos en marcha y abrir nuevas líneas de negocio en industria, alimentos y biotecnología.
Cuba busca pasar de la afinidad política a la ejecución de proyectos con retorno medible
El mensaje del mandatario insistió en que la isla evaluará propuestas en todas las áreas, priorizando aquellas que aporten tecnología, financiamiento y mercado de exportación.
Pekín: acuerdos y proyección en clave 65º aniversario
En la víspera, Díaz-Canel fue recibido por Xi Jinping en Pekín, donde ambas partes ratificaron su “firme voluntad” de llevar la relación a “un nivel más alto”. Junto a los saludos de protocolo, el viaje deja documentos de cooperación en agricultura, cooperación práctica e inteligencia artificial, además de una hoja de ruta para profundizar la agenda económica.
El 65º aniversario de relaciones diplomáticas se ha convertido en un paraguas para acelerar convenios sectoriales con seguimiento técnico
La parada en la capital china incluyó la asistencia al desfile conmemorativo del 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico, un acto de alto perfil que reunió a líderes como Vladímir Putin y Kim Jong-un junto a Xi Jinping el 3 de septiembre de 2025.
Energía y agro: dónde se juega el impacto económico
La energía emerge como campo decisivo por su efecto transversal sobre industria y servicios. Los planes en curso contemplan la instalación de decenas de parques solares con apoyo chino y la modernización de redes, con metas escalonadas hasta 2028. En paralelo, la industria azucarera –clave por su peso territorial y potencial exportador– ha reactivado contactos con grupos de Guangxi para inversiones y transferencia tecnológica.
La combinación de fotovoltaica y agroindustria es el atajo más realista para estabilizar producción y divisas
Áreas de cooperación Cuba-China
| Área prioritaria | Qué se acordó/activó | Estado actual | Horizonte operativo |
|---|---|---|---|
| Agricultura | Documentos de cooperación para cadenas agroalimentarias locales | Firmas y grupos de trabajo | Corto plazo (2025-2026) |
| Inteligencia artificial | Marco para proyectos y formación aplicada | Línea abierta entre equipos técnicos | 2025-2027 |
| Cooperación práctica | Paquete de proyectos piloto (industria/servicios) | Priorización sectorial | 2025-2026 |
| Energía solar | Despliegue de parques fotovoltaicos y refuerzo de red | En ejecución escalonada | 2025-2028 |
| Industria azucarera | Evaluación de inversiones (Guangxi) y modernización | Delegaciones en campo | 2025-2027 |
Una agenda para pasar de anuncios a resultados
La clave inmediata pasa por cronogramas, gobernanza de proyectos y acceso a insumos. La Habana aspira a combinar financiamiento, equipos y know-how chinos con capacidades locales en universidades, polos científicos y empresas estatales y mixtas.
Convertir memorandos en megavatios, toneladas exportables y empleo es el indicador que definirá el éxito de la gira
Con Shenzhen como símbolo empresarial y Pekín como plataforma política, Cuba intenta anclar su recuperación en alianzas con China que sumen inversión, tecnología y mercado. La hoja de ruta está trazada; ahora toca ejecutarla con hitos verificables y plazos claros.



