Los frijoles son más importantes que los cañones

Radio Bemba

Esa frase lapidaria, pronunciada hace más de 20 años por el hoy presidente Raúl Castro cuando la economía cubana se venía abajo tras la caída del Muro de Berlín y la desaparición de la Unión Soviética, ha demorado bastante en hacerse realidad. Esa frase lapidaria, pronunciada hace más de 20 años por el hoy presidente Raúl Castro cuando la economía cubana se venía abajo tras la caída del Muro de Berlín y la desaparición de la Unión Soviética, ha demorado bastante en hacerse realidad.

Sin embargo, según fuentes del Ministerio de la Agricultura, al fin el programa de desarrollo integral del sector permitirá eliminar en los próximos dos años las importaciones de frijoles que anualmente realiza el Estado.

Gilberto Hernández Díaz, director de Cultivos Varios de ese organismo, acaba de informar que actualmente se potencia el incremento de las áreas dedicadas al cultivo de frijoles en todo el territorio nacional.

Al respecto, dijo que para este año se deben duplicar las 22 000 toneladas obtenidas en 2013, a pesar de las posibles afectaciones que puedan ocasionar los cambios climáticos, y aseguró que ya en los almacenes del Comercio Interior hay suficiente cantidad de frijoles como para garantizar la cobertura de la canasta básica familiar hasta el mes de agosto, es decir, más de 15 200 toneladas del alimento.

El funcionario explicó a la prensa que para estimular a los productores, desde diciembre pasado se aumentó el valor del grano, aunque en detrimento de ese propósito, las altas temperaturas, la llegada tardía de insumos y algunas plagas dañaron el cultivo y redujeron los rendimientos en varios lugares de la isla durante el primer trimestre, lo que obligó a numerosas empresas y productores privados a realizar una doble siembra con la finalidad de recuperar las pérdidas.

Además, como parte de proyectos de desarrollo del cultivo de frijoles, el Instituto de Investigaciones de Granos generalizará en 2014 la producción de nuevas variedades, que según se afirma son más productivas y resistentes al actual cambio climático global.

La noticia sobre las posibilidades de garantizar este alimento básico, casi tan importante como el arroz en la dieta del cubano, por supuesto que agradó a todos, con la esperanza de que los precios en el mercado bajen para hacerlo más asequible a la gran mayoría de la gente.

Ciertamente, todos los cubanos reciben por la cartilla de racionamiento -la libreta- y a precios fuertemente subsidiados, una cuota mensual de frijoles, pero esta apenas alcanza para unas cuantas comidas y todo el mundo tienen que terminar adquiriendo la mayor cantidad en el mercado libre, donde los precios están por las nubes si se tienen en cuenta los reducidos salarios.

Así, mientras por la libreta una libra (aproximadamente medio kilo) de frijoles negros cuesta unos pocos centavos de peso cubano (CUP) en el mercado libre se remonta a 10.00 CUP en el mejor de los casos, mientras que los colorados pasan de 13.00, los blancos se montan en 16.00 y los garbanzos «criollos» rondan fácilmente los 20.00 CUP. La otra opción, pero con precios aun más altos, está en adquirir en las shoping los granos de importación, casi siempre por encima de 1.50 CUC, es decir, multiplicados por 24.

La mayoría de los cubanos están convencidos de que el país puede autoabastecerse de la mayoría de los alimentos que consume su población, pero insisten en que poco se avanzará mientras el gobierno no «afloje la mano y brinde a los productores todo tipo de incentivos», como afirma Fernando, uno de tantos que comparte ese criterio.

Y advierte que «hasta ahora se prefiere comprar la tonelada de frijoles en el exterior con el consiguiente pago de fletes, mientras que al productor cubano no se le paga ni la mitad de lo que se eroga en dólares por cada tonelada en el mercado internacional y ¿en qué cabeza cabe eso?».

Y pone el puntillazo: «Yo le diría a los que mandan que deberían haber cumplido hace mucho ya con aquello que el actual presidente señaló, y dejar un poco de lado los cuentos del clima, las plagas y la llegada tardía de los fertilizantes».

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