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Los deportes de equipo cada vez más internacionales

La final de la Champions League sirvió para poner en evidencia el interés cada vez mayor de los cubanos por las competiciones internacionales. Así lo demostró su emisión en directo en el canal deportivo de la televisión nacional, ya que al ser proyectado en muchos bares y discotecas que congregaron a una gran clientela, llevaron a los barrios de La Habana una inusual calma. La final de la Champions League sirvió para poner en evidencia el interés cada vez mayor de los cubanos por las competiciones internacionales. Así lo demostró su emisión en directo en el canal deportivo de la televisión nacional, ya que al ser proyectado en muchos bares y discotecas que congregaron a una gran clientela, llevaron a los barrios de La Habana una inusual calma. Especialmente para un sábado.

La profusión de camisetas blaugranas que se apoderó de La Habana fue también una prueba de este interés, además de ser un indicio más que elocuente de a quién apoyarían los cubanos en el encuentro entre el club de la Ciudad Condal y la Juventus de Turín.

Aunque que quizá no haya que tomarse este último indicio demasiado en serio ya que, aunque la afición por amplia mayoría divide sus preferencias entre el FC Barcelona y el Real Madrid, tiene el defecto, o la ventaja según se mire, de que no son fieles a su equipo hasta las últimas consecuencias. Así que, cuando las cosas van mal, se pasan al otro bando tranquilamente en una especie de transfuguismo deportivo cuyo fin último es disfrutar del buen deporte. Tal es el caso de Evelio, fan declarado del Real Madrid, cuyo escudo ostenta en el maletero de su automóvil, y que ese día, como venganza contra sus eternos rivales, le brindó todo su respaldo a la Vecchia Signora, para al final terminar aplaudiendo al Barcelona, ante la mirada atónita de su hermano Osviel, quien asegura que “con el Barcelona yo sí voy hasta el final”.

Lo que sí es seguro es que gracias sobre todo a la amplia programación de la televisión con muchos de los partidos en directo, el fútbol parece ir robándole cada vez más espacio al béisbol, hasta ahora el deporte nacional.

No obstante, este último deporte sigue siendo aún el objeto principal del interés deportivo de los cubanos y comparte esta característica de internacionalización debido, en este caso, a la presencia de deportistas cubanos en las principales ligas del mundo. Así, el viejo Carmelo, un apasionado del beisbol, asegura con una sonrisa sarcástica que “hay que ver como los tiempos cambian: hasta hace poco era un pecado y ahora los profesionales cubanos están corriendo para engancharse en cualquier liguita profesional”.

En este sentido, señalar que desde el pasado año los jardineros cubanos Alfredo Despaigne y Frederich Cepeda, más el lanzador Héctor Mendoza juegan bajo contratos millonarios en la Liga profesional de Japón; mientras que con los Capitales de Québec, en Canadá, juegan los jugadores de posición Yunieski Gurriel, Alexei Bell y Yordan Manduley, y el serpentinero Ismel Jiménez.

La opinión del viejo Carmelo no es por tanto nada peregrina y el mismísimo comisionado nacional de beisbol, Heriberto Suárez, vaticinó hace pocos días que para finales de noviembre de 2016 Cuba podría tener decenas de peloteros en ligas profesionales fuera de Estados Unidos. Según reveló a periodistas, han contactado con las autoridades deportivas de la isla directivos de clubes y también de algunas ligas, interesados por los jugadores de la Serie Nacional, y aseguró que ya comenzó el proceso de negociación con varios de ellos, “aunque aún no tenemos nada acordado y realizaremos todos los procesos sin apuros para lograr lo mejor para cada uno de nuestros peloteros”.

Entre los negocios que se cocinan están los relacionados con el club venezolano Bravos de Margarita, los mexicanos Cañeros de Monchis y Tomateros de Culiacán, así como clubes de República Dominicana, Japón y Nicaragua. Además, antes de que termine este mes, la selección cubana que se prepara para el torneo de los XVII Juegos Panamericanos Toronto-2015, de julio próximo, topará con una selección nicaragüense, oportunidad que Suárez calificó de idónea para iniciar negociaciones para insertarse en el béisbol de ese país.

Sin embargo, Carmelo y todos los aficionados al beisbol –y los jugadores por supuesto- ven la Meca en las Grandes Ligas de Estados Unidos, donde se da por sentado que se juega el mejor beisbol del mundo, además de que se cobran contratos escandalosamente millonarios, y en la cual cada vez más cubanos intervienen.“Lo que hace falta es que los yumas acaben de zafar el nudo en eso del bloqueo para que los cubanos puedan jugar allá sin tener que abandonar el país ni pasar mil trabajos como ahora, y entonces vamos a ver la que se va a armar”, concluye Carmelo.

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