Pese a que el avance en el proceso de liberalización económica de Cuba no se está produciendo con la velocidad que el ‘deshielo’ con EE.UU. hacía previsible, incluso con signficativas muestras de estancamiento como la desaparición del primer plano del ‘zar’ de las reformas, Marino Murillo; sí son cada vez más los rayos de aperturismo. Pese a que el avance en el proceso de liberalización económica de Cuba no se está produciendo con la velocidad que el ‘deshielo’ con EE.UU. hacía previsible, incluso con signficativas muestras de estancamiento como la desaparición del primer plano del ‘zar’ de las reformas, Marino Murillo; sí son cada vez más los rayos de aperturismo.
Y, entre ellos, destaca por su visibilidad la autorización de un grupo de negocios de carácter privado que han comenzado a lanzar lo que se puede considerar como el regreso de la publicidad a Cuba. Incluso de forma tan evidente como el caso de la cooperativa El Biky, del que se hace caso la página 14 y Medio.
Este centro gastronómico habanero se ha lanzado a la conquista de nuevos usuarios para su cafetería, restaurante y pastelería a través de un minibús que circula por la ciudad decorado con imágenes de sus productos. Una prerrogativa que no se ha aclarado si será valida tan solo para las 397 cooperativas no agropecuarias que están en activo en el país o también para los ‘cuentapropistas’.
Pero que, en cualquier caso, supone una ruptura radical con lo tiempos en los que la publicidad quedó proscrita al inicio del proceso revolucionario o simplemente era innecesaria por los tiempos de cartillas de razonamiento y de economía totalmente planificada. Unas características que aún hoy hacen que, frente a otras ciudades latinoamericanas, las calles de La Habana destaquen por su ausencia de publicidad exterior, más allá de la del PCC.
Con todo, ya en los 90 cuando hubo un intento inicial de apertura en el sector con la aparición en la televisión de Cuba de ciertas menciones promocionales; por lo que han comenzado a proliferar demandas de una regulación jurídica que permita el desarrollo del sector que podría convertirse en una de las industrias más interesantes de la Isla por sus ventajas compartivas.
De hecho, antes de la revolución, la publicidad era una industria que empleaba a más de 100.000 personas en la Isla. Del mismo modo que ya han empezado a desembarcar en el país caribeño multinaicioanles como Young & Rubicam, del Grupo WPP, el holding de servicios de publicidad y comunicación más grande del mundo.
