EL VIAJE DEL PRESIDENTE ruso Vladímir Putin a la Isla ha confirmado el análisis de algunos observadores, sobre todo estadounidenses, de que este país europeo quiere volver a jugar un papel importante en Cuba. EL VIAJE DEL PRESIDENTE ruso Vladímir Putin a la Isla ha confirmado el análisis de algunos observadores, sobre todo estadounidenses, de que este país europeo quiere volver a jugar un papel importante en Cuba. De momento, la condonación de la deuda bilateral y, sobre todo, el acuerdo sobre el pago del 10% que no se perdona, van a permitir a Moscú abrir a sus compañías afines algunos de los sectores económicos cubanos en los que aspiraban a entrar.
Ese dinero que ha de utilizarse para inversiones conjuntas se concentrará en el sector petrolero, la biotecnología y también en algunos asuntos ‘menos interesantes‘ para Rusia como el transporte o la construcción de un aeropuerto de carga en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel.
Aunque todo está abierto y el futuro es impredecible, más aún si se tiene en cuenta la avanzada edad de la cúpula habanera, la transacción, al haber involucrado a la deuda en la jugada, blinda de alguna manera los renacidos intereses de Rusia en el país caribeño.
Y, a la vez, acelera los movimientos de otros contendientes en la batalla como China, que parece perder posiciones, o hasta EEUU donde el frente ‘antiembargo‘ tiene ahora un poderoso argumento político en el desembarco de Rusia en los sectores estratégicos de la Isla.
