Héctor SOTO Ministro de Cultura de Venezuela

En declaraciones a Prensa Latina, el ministro de Cultura de Venezuela, Héctor Soto, ha asegurado que en sólo un año de vigencia, el impacto que ha conseguido en su país el proyecto bilateral ‘Cultura Corazón Adentro‘, diseñado y ejecutado por especialistas cubanos, ha demostrado el enorme potencial que posee la cultura como arma poderosa en la lucha contra la delincuencia. En declaraciones a Prensa Latina, el ministro de Cultura de Venezuela, Héctor Soto, ha asegurado que en sólo un año de vigencia, el impacto que ha conseguido en su país el proyecto bilateral ‘Cultura Corazón Adentro‘, diseñado y ejecutado por especialistas cubanos, ha demostrado el enorme potencial que posee la cultura como arma poderosa en la lucha contra la delincuencia. El programa fue puesto en marcha inicialmente en los cerros que rodean Caracas y en otras zonas problemáticas cercanas a la capital, pero, según explica Soto, a lo largo de este año su incidencia territorial se extenderá por ocho estados más. De hecho, la aspiración de los promotores es conseguir en 2010 que el programa de incentivos esté operativo en todo el país.

-¿Qué valoración haría del primer año del programa ‘Cultura Corazón Adentro‘?

-El proyecto ‘Cultura Corazón Adentro, Misión Socialista‘, fruto de un esfuerzo conjunto entre Venezuela y Cuba acaba de cumplir un año. Los resultados han sido extraordinarios. Hemos llegado con la cultura a un millón y medio de personas, en esos talleres, especialmente niños y jóvenes. Ese era el objetivo de esta iniciativa diseñada por el presidente Hugo Chávez, orientada a promover una amplia movilización socio-cultural, vinculada a las artes plásticas, la danza, el teatro, la música, el circo, la literatura y basada en la exaltación de las tradiciones, que se mantenían con vida desde hace muchos años dentro de las comunidades y que no se habían tomado en cuenta. Estamos llegando a los lugares más peligrosos desde el punto de vista de la seguridad, y hay gente que está metida en problemas de violencia, en tráfico de drogas, y que no se mete con este programa, porque ese programa la comunidad lo adora. Al principio hubo quien quería asistir armado a las sesiones didácticas, ahora es distinto. Vienen desarmados a los talleres, lo que demuestra el potencial de la cultura para combatir la delincuencia.

-¿Cuál es la aceptación que ha cosechado su proyecto entre los educadores?

-El programa ha tenido tal aceptación que directoras de escuelas en los cerros caraqueños los han incluido en el horario de los centros, como parte de sus actividades diarias. O sea que ya no es que los instructores van cuando los niños están libres, o en receso, sino que ‘Cultura Corazón Adentro‘ ya está incluida en el espacio curricular. El programa ha penetrado en los cerros de la capital, ya que padres y madres, muchas de ellas madres solteras, tienen que bajar al valle de Caracas a trabajar, y un gran número de niños y jóvenes quedan solos en esos barrios, casi días completos, a merced de todos los vicios y problemas que aún prevalecen pese a los esfuerzos de Revolución Bolivariana para erradicarlos. Nuestra intención es extender el radio de acción en 2009 a ocho estados. Llegar con esta campaña a Zulia, Miranda, Carabobo, Barinas, Nueva Esparta y Táchira, entre otros. Ya se están organizando los primeros talleres en Barinas, ya tenemos 1.000 promotores formados en talleres, entre cubanos y venezolanos, para que penetren en los barrios más pobres y en los campos. La meta final es llegar en 2010 a todo el país.

-¿Considera que estas acciones pueden contribuir a aumentar la afición por la cultura en el país?

-En Venezuela, hemos sido víctimas de la alienación cultural porque las herramientas de estas estructuras ideológica se aplicaron aquí con mucha fuerza en todas las áreas, y todavía tenemos una parte de la sociedad medio enferma. Hace una década, los libros casi habían desaparecido, y los que quedaban estaban a precios fuera del alcance de una población que no podía pagarlos. El cine había sido liquidado, hubo años en que no se filmó ni un largometraje y prácticamente se habían esfumado los textos críticos y las obras de la literatura universal. En los últimos años, el salto es claramente visible. En cuanto a libros, del 2000 al 2008 se publicaron 635 títulos, y en total unos 15 millones de ejemplares. Referente a la cinematografía, en ese mismo período se produjeron 72 largometrajes, casi 50 en los últimos dos años, estrategia asociada a la creación de 16 salas comunitarias de cine, donde la población puede disfrutar del séptimo arte. Una vez creada esta infraestructura para producir grandes volúmenes de bienes culturales, el desafío es instalar estos en la conciencia de los venezolanos y las venezolanas.

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