Comisiones especiales

Comisiones en Cuba: del recurso político al olvido institucional

Entre silencios oficiales y promesas incumplidas, las comisiones especiales en Cuba se han convertido en un mecanismo recurrente que, con el paso del tiempo, terminan diluyéndose en el olvido.

Comisión Especial

Comisión Especial

En Cuba, las comisiones especiales suelen aparecer como respuesta inmediata a crisis políticas o sociales, pero rara vez ofrecen resultados claros. El patrón se repite: anuncio con solemnidad, despliegue de recursos y, tras el paso de los meses, un silencio que deja espacio a rumores, especulaciones y frustración ciudadana.

El recurso es tan habitual que ya forma parte de la cultura política de la isla. Se crean grupos con carácter ministerial o de Estado, casi siempre multidisciplinarios, con la promesa de esclarecer hechos graves o impulsar cambios. Sin embargo, con el tiempo, la información desaparece del debate público, y la sensación generalizada es que el objetivo principal es ganar tiempo y enfriar la polémica.

Las comisiones en Cuba nacen con gran despliegue y terminan en silencio, sin ofrecer respuestas concretas

Casos que siguen abiertos en la memoria colectiva

Ejemplos recientes ilustran esa dinámica. El primero, la investigación sobre Alejandro Gil, exministro de Economía y Planificación, cuyo caso generó titulares y promesas de transparencia, pero que hoy permanece en un limbo informativo. El segundo, la explosión del hotel Saratoga en La Habana en 2022, que dejó un saldo trágico y una comisión para esclarecer causas y responsabilidades. Años después, la ciudadanía aún reclama claridad sobre las conclusiones.

El cubano ha aprendido a reconocer la diferencia entre lo que se presenta como “Secreto de Estado” y lo que, en la práctica, se convierte en un “Estado de secreto”. Esa percepción alimenta la desconfianza y refuerza la idea de que las comisiones son un mecanismo para apagar incendios políticos más que para rendir cuentas reales.

El silencio posterior de las comisiones alimenta rumores y erosiona aún más la confianza social

El recurso del olvido institucional

Las investigaciones prometidas casi nunca llegan a justificar los recursos empleados: comidas de trabajo, combustibles, reuniones y documentos que terminan archivados. La ironía popular recurre a comparaciones con viejas pastillas de Fitina para la memoria, que ya no se encuentran en farmacias, como metáfora de lo que parecen necesitar los organismos oficiales.

El recurso de la disculpa pública, resumida en la frase “disculpen las molestias ocasionadas”, se ha convertido en el analgésico recurrente de un sistema que posterga respuestas. Para muchos ciudadanos, estas fórmulas oficiales constituyen un verdadero “insulto a la inteligencia”, recordando la célebre frase de Vito Corleone.

La creación de comisiones en Cuba se ha convertido en un recurso político más que en un ejercicio de transparencia

Entre la sátira y la crítica social

El fenómeno trasciende la política y se convierte en un espejo del malestar ciudadano. En tono irónico, algunos comparan la falta de resultados con la posibilidad de crear un “festival internacional de caraduras”, donde los responsables podrían competir con figuras como Donald Trump o Daniel Ortega. La sátira refleja un sentimiento extendido: la sociedad percibe que la creación de comisiones no es sinónimo de soluciones, sino de un mecanismo para ganar tiempo y esquivar responsabilidades.

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