En un encuentro celebrado el viernes en Brasilia, los líderes de Brasil y la Comunidad del Caribe (Caricom) discutieron los principales desafíos comunes en una región marcada por la desigualdad, el cambio climático y los desequilibrios económicos. Durante su intervención, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva se refirió al impacto del embargo económico de EEUU contra Cuba, al que calificó de injustificable, y pidió su condena internacional.
Condena al embargo y llamado a la unidad regional
«Debemos seguir condenando con vehemencia el embargo contra Cuba y su absurda inclusión en listas de países que apoyan el terrorismo«, afirmó Lula ante los representantes de los países caribeños. Sus palabras fueron recibidas como una reafirmación del compromiso histórico de Brasil con la soberanía regional y la autodeterminación de los pueblos.
Además, el presidente brasileño subrayó la necesidad de reforzar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) como mecanismo para defender la autonomía política y económica frente a “viejas y nuevas hegemonías”.
Lula reiteró su apoyo a una región más integrada, libre de sanciones y con mayor protagonismo global
Retrocesos comerciales y apuesta por la cooperación
Durante su discurso, Lula recordó que el comercio entre Brasil y el Caribe se redujo un 30% desde 2015, año en que se celebró la primera cumbre bilateral, tras haber alcanzado los 6.000 millones de dólares. Este dato refleja, según el mandatario, la necesidad de una agenda concreta de integración económica.
En ese sentido, celebró el anuncio de un foro ministerial entre Brasil y Caricom, que permitirá abordar de manera periódica asuntos clave como la energía, la seguridad alimentaria y la conectividad.
El foro busca establecer un diálogo estable para fomentar el desarrollo sostenible y las inversiones cruzadas
Cinco prioridades y mirada hacia Haití
La cumbre se articuló en torno a cinco ejes prioritarios: el cambio climático, la transición energética, la seguridad alimentaria, las conexiones aéreas y marítimas, y la crisis en Haití. Lula mostró su disposición a colaborar con el Caribe en todos estos frentes, enfatizando el papel de Brasil como puente entre América del Sur y las islas.
