A nivel de Radio Bemba ya se habla muy poco del tema, pues como dice Calixto, un veterano que completa su jubilación vendiendo paquetes de cigarrillos Criollos a 10 pesos(con una ganancia de 3 por cada uno) “ya es lo mismo con lo mismo”. Pero él y muchos más se acuerdan del asunto cuando mucho antes de que llegue el fin de mes el dinero desaparece de los bolsillos, y entonces viene la exclamación: A nivel de Radio Bemba ya se habla muy poco del tema, pues como dice Calixto, un veterano que completa su jubilación vendiendo paquetes de cigarrillos Criollos a 10 pesos(con una ganancia de 3 por cada uno) “ya es lo mismo con lo mismo”. Pero él y muchos más se acuerdan del asunto cuando mucho antes de que llegue el fin de mes el dinero desaparece de los bolsillos, y entonces viene la exclamación: ¡¿Cuándo acabarán de unificar la moneda?!”.
Pero de eso, nada. Afirman quienes dicen que conocen del asunto, que la unificación de las dos monedas, el peso convertible y el no convertible; así como el establecimiento de un tipo de cambio para ambas, que estaba anunciada como una de las principales y más complejas tareas dentro de las transformaciones que se llevan a cabo en el país, le está dando más dolores de cabeza a las autoridades de lo que ellas mismas pensaban en un principio.
Ahora la preocupación de muchos es la siguiente: El año que viene será el próximo congreso del Partido Comunista, que pasará balance a los cambios implantados, pero el tiempo se acorta cada vez más y la unificación sigue en el aire.
“Eso quiere decir que ya debe estar al caer” considera Calixto, pero algunos de sus colegas de jubilación tienen otra opinión: “Eso lo que quiere decir es que la cosa esta difícil”.
Otros, como su amigo Eusebio, piensan que a estas alturas, unificación o no, no es su problema, pues “como dicen los chinos, «da iguá», porque todo lo que han hecho hasta ahora mantiene el cambio igualito, uno por 25, y lo que importa no es que se quede el peso convertible o el no convertible, sino que valga más, o que aumenten los salarios, o que bajen los precios, o todo a la vez, y para eso, «hay que echarle guindas al pavo”.
