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Más turistas estadounidenses, igual confusión lingüística

Radio Bemba

Al hablar de «gringos», de «yanquis» y de «yumas», a los “no cubanos” les pueden parecer que estamos hablando de lo mismo o… no entender nada. Pero como reza la letra de una canción del Silvio Rodríguez, “que no es lo mismo, pero es igual” y tienen sus matices, sus tonos y hasta sus procedencias casi misteriosas. Al hablar de «gringos», de «yanquis» y de «yumas», a los “no cubanos” les pueden parecer que estamos hablando de lo mismo o… no entender nada. Pero como reza la letra de una canción del Silvio Rodríguez, “que no es lo mismo, pero es igual” y tienen sus matices, sus tonos y hasta sus procedencias casi misteriosas.

Lo de «gringo» es el termino más viejo que se conoce para identificar despectivamente a los habitantes de “allá”, pero la palabra parece haber ido pasando de moda entre los habitantes de la isla, y aunque todo el mundo sabe qué es un gringo, prácticamente nadie uso tal apelativo.

En cambio, y para sorpresa de muchos, el término sí es empleado profusamente por los cubanos de Miami, los mismos que consideran aquello como un paraíso, pero que le endosan a los “nativos” lo de gringo, con un cierto tonito de desprecio, porque como dijo recientemente un cubanoamericano acabado de aterrizar en pleno aeropuerto de La Habana: “Los vecinos son los mejores en muchas cosas, pero hay que dejarse de boberías, que también son unos hijos de su madre”.

«Yanqui» es la expresión más politizada y usada con profusión desde la Isla, donde muchas veces la culpa de todo la tiene el imperialismo yanqui, al que nunca le dirán imperialismo estadounidense… ¡Aunque sea lo mismo!, porque como que se pierde hasta el resuello al tener que pronunciar dos palabras tan largas.

Hubo un tiempo, hace ya bastantes años, en que se armó casi una bronca académica y ortográfica, porque en la prensa cubana algunos escribían yanqui con k y otros con q, y nadie se ponía de acuerdo. Aunque al final al parecer salió vencedora la Real Academia de la Lengua, todavía en el Granma se escapa algún gazapo.

Pero a día de hoy, sobre todo a nivel de calle y entre los jóvenes, el término más usual para identificar a un estadounidense es el de «yuma», cuyo origen para muchos es un enigma, aunque los más viejos lo achacan a una película del oeste que hizo época en los cines allá por los años 50: “El tren de las 3.30 a Yuma”. Pero lo cierto es que cuando se estrenó esa película no habían nacido todavía las tres cuartas partes de los cubanos que hoy pronuncian esa palabra.

Además, lo de «yuma» tiene otro detalle, quizá más a tono con cierto cambio de mentalidad que no es de ahora precisamente. Y es que además de estar despolitizado por completo, más que despectivo, muchas veces se emplea con tono de admiración y no solo para identificar a “los rubios que mascan chicle”; sino por extensión a todo extranjero, incluso a los rusos, que en los tiempos en que existía la hermana y eterna Unión Soviética eran, para la mayoría, los “bolos”.

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