Las autoridades sanitarias han elevado el nivel de vigilancia ante el incremento de casos sospechosos y confirmados en la mayoría de las provincias. La expansión del dengue y la chikungunya, dos arbovirosis de fuerte impacto en zonas tropicales, mantiene bajo presión al sistema de salud cubano, que insiste en reforzar las medidas de control y protección, sobre todo en los grupos más vulnerables.
La mayoría de las provincias presentan indicadores compatibles con escenario epidémico
Fallecidos y provincias en riesgo
El Ministerio de Salud Pública (Minsap) confirmó un total de 33 muertes vinculadas a arbovirosis, según la información divulgada por la prensa oficial. De ellas, 12 corresponden a dengue —siete menores de 18 años— y 21 a chikungunya, con 14 fallecidos en ese mismo grupo etario.
La viceministra Carilda Peña señaló que, aunque el sistema de vigilancia del síndrome febril refleja un “descenso gráfico general”, buena parte del territorio nacional muestra tendencias al alza. Solo Isla de la Juventud y Matanzas quedan fuera de ese patrón de riesgo.
El impacto es especialmente severo entre menores de edad, con 21 fallecimientos registrados
Casos detectados y situación epidemiológica
Hasta el cierre del domingo, Cuba acumulaba 38.938 casos de chikungunya, de los cuales 37.678 se clasifican como sospechas clínicas y 1.260 están confirmados mediante PCR. En el actual contexto epidémico, los casos con sospecha clínica son considerados positivos a efectos de vigilancia.
La PCR continúa siendo la prueba confirmatoria de referencia, pero la elevada circulación viral y la presión asistencial hacen que el Minsap valide también los diagnósticos clínicos y epidemiológicos como parte del conteo oficial.
El Minsap mantiene activa la vigilancia clínico-epidemiológica ante el volumen de casos sospechosos
Recomendaciones sanitarias y factores de riesgo
Ante el progreso de ambas arbovirosis, las autoridades insisten en reforzar la protección de ancianos, embarazadas y menores de un año. El Minsap recomienda acudir de inmediato al médico en caso de presentar síntomas como fiebre alta, dolores musculares, sangrado o erupciones cutáneas.
El propio ministerio reconoce que el número real de contagios podría ser mayor, debido a que muchas personas evitan acudir al sistema sanitario pese a los signos de alarma, lo que dificulta una evaluación más precisa del escenario epidemiológico.



