Entre los cubanos que pretenden emigrar definitivamente a Estados Unidos comienza a extenderse el criterio de que el sueño americano, que antes estaba a solo 90 millas, se pone cada vez más lejos por obra y gracia de la actual administración de Washington, cuya política se les torna cada vez más incomprensible.
Entre los cubanos que pretenden emigrar definitivamente a Estados Unidos comienza a extenderse el criterio de que el sueño americano, que antes estaba a solo 90 millas, se pone cada vez más lejos por obra y gracia de la actual administración de Washington, cuya política se les torna cada vez más incomprensible.
Primero, los potenciales emigrantes vieron que sus oportunidades de viajar se complicaban cuando El Departamento de Estado ordenó prácticamente desmantelar la embajada en La Habana bajo el argumento de los llevados y traídos ?ataques sónicos? considerados por muchos como un invento para enfriar las relaciones bilaterales.
Ante la imposibilidad de otorgar los visados en La Habana, la solución fue encargar de ello al consulado en Bogotá con lo cual muchos vieron esfumarse sus esperanzas por el notable encarecimiento de los trámites, con viaje a Colombia incluido, y todo ello sin garantías de que se le abrieran las puertas del Norte.
Por si esto fuera poco, el siguiente paso de las autoridades norteamericanas, aunque quizá no el último, ha sido ?sin justificación conocida hasta ahora-, mudar esos trámites más lejos aún, a Guyana, a partir de junio, lo que implica no solo mayores gastos sino más dificultades a la hora de viajar hacia esa nación de Sudamérica.
