“No es lo que ponen, sino cómo lo ponen”

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La cadena Telesur se llevó las palmas entre las anunciadas novedades y cambios en la programación de la televisión cubana, pues las «novedades» no fueron muchas, más bien ni se sienten, con cambios de los mismos programas de un canal para otro, movimientos imperceptibles en las parrillas, con las series norteamericanas en horarios solo para vigilantes nocturnos; la novela cubana ‘Santa María del Porvenir’ al pie del cañón sin sombra de que la saquen del aire a pesar de que ha batido marcas por los bajísimos índices de seguidores, y la programación de los sábados y domingos tan aburrida como siempre. La cadena Telesur se llevó las palmas entre las anunciadas novedades y cambios en la programación de la televisión cubana, pues las «novedades» no fueron muchas, más bien ni se sienten, con cambios de los mismos programas de un canal para otro, movimientos imperceptibles en las parrillas, con las series norteamericanas en horarios solo para vigilantes nocturnos; la novela cubana ‘Santa María del Porvenir’ al pie del cañón sin sombra de que la saquen del aire a pesar de que ha batido marcas por los bajísimos índices de seguidores, y la programación de los sábados y domingos tan aburrida como siempre.

Solo Telesur, con su trasmisión desde las ocho de la mañana hasta la una de la madrugada, ha representado un cambio casi drástico.

Para algunos este calificativo puede ser algo fuerte, pero resulta que muchos que no veían los noticieros porque en ellos “todos los problemas de los cubanos parecen estar resueltos”, ahora siguen con entusiasmo los espacios informativos de la cadena latinoamericana y han descubierto que las noticias, aunque muestren que el mundo se está acabando, pueden ser interesantes y hasta entretenidas si van ausentes de “la trova” que acompaña al NTV, con presentadores sin voz engolada y que se atreven incluso a hacer preguntas “incómodas” a los entrevistados.

Y ven, incluso, hasta noticias de Cuba que no aparecen en la televisión cubana, como ocurrió con el arribo de Raúl Castro a Santiago de Chile, que en Telesur llegó y en el estelar de la TV cubana parecía que todavía andaba volando. Y ni hablar de los espacios dedicados al deporte, la cultura, las ciencias o los monográficos sobre otros países.

Tanto es así que una vecina le preguntó al esposo, muy extrañada, por qué desde hace unos días a esta parte está viendo tanto fútbol si él no sabe nada de ese juego.

Y su media naranja le respondió tranquilamente que “lo que me llama la atención no es lo que ponen sino como lo ponen”.

Y ni hablar de las sorpresas, porque muchos se han quedado con la boca abierta al escuchar que las elecciones en Ecuador podrán ser seguidas minuto a minuto en Twitter, por la cuenta de Telesur en esa red social, pero eso ya es casi ciencia ficción para quienes todavía andan esperando que funcione el cable que vino desde Venezuela.

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