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Mandarinas peruanas en La Habana al precio de una pensión mínima: la paradoja agrícola en Cuba

El país, que llegó a ser referente en exportación de frutas tropicales, importa hoy cítricos a precios inalcanzables para la mayoría de los cubanos.

Mandarinas peruanas

Mandarinas peruanas

Las mandarinas importadas desde Perú se venden en La Habana a 1.500 pesos la libra, una cifra que roza la pensión mínima en la isla. El contraste revela la crisis estructural de la agricultura cubana, incapaz de abastecer su propio mercado tras décadas de ineficiencia y dependencia exterior.

Cuba vive una situación insólita: mientras fue en otros tiempos uno de los mayores exportadores de aguacates y mangos, hoy depende de la importación de frutas que siempre fueron abundantes en sus campos. El último ejemplo lo protagonizan las mandarinas peruanas, que se comercializan en cooperativas y quioscos a un precio que supera la capacidad adquisitiva de la mayoría de los hogares.

El precio de la mandarina y el peso de la ineficiencia

Adquirir una libra de mandarinas cuesta 1.500 pesos, prácticamente lo mismo que la pensión mínima (1.528). Esta cifra convierte a la fruta en un artículo de lujo, accesible en buena medida a residentes extranjeros. El problema, lejos de ser coyuntural, responde a la crisis productiva del campo cubano, atrapado en la ineficiencia, la burocracia y la falta de estímulos a los productores.

El contraste entre los precios y los ingresos deja en evidencia una fractura social cada vez más marcada, donde lo que antes fue cotidiano se convierte en un privilegio

Un país que fue potencia frutícola

No siempre fue así. Cuba llegó a ser uno de los mayores exportadores de aguacates al mercado estadounidense y a contar con excedentes de mangos y cítricos que garantizaban tanto el consumo interno como las exportaciones. Hoy, en cambio, recurre a la importación de frutas desde países como Perú, situados a casi 4.000 kilómetros de distancia y con un coste añadido de transporte y aranceles.

La paradoja es clara: abundan los aguacates y mangos en cosechas locales extraordinarias, pero se importa un producto tan tradicional como la mandarina

Bloqueo externo e interno

Las autoridades insisten en señalar el impacto del embargo de EEUU, pero cada vez más voces en la isla apuntan al llamado «bloqueo interno»: la combinación de trabas burocráticas, falta de inversión y ausencia de incentivos que asfixian a la agricultura.

Este bloqueo interno se traduce en campos improductivos y en la necesidad de gastar divisas en importaciones para cubrir necesidades básicas.

La historia de las mandarinas peruanas en La Habana resume el drama: «se comprará quien pueda y no quien quiera», en un país que aún recuerda cuando sus campos eran símbolo de abundancia.

Precios y contraste en Cuba
Producto Precio (pesos) Referencia
Libra de mandarinas 1.500 Importadas desde Perú
Pensión mínima mensual 1.528 Ingreso básico de jubilados
Libra de arroz 120 Producción nacional
Libra de frijoles 300 Producción nacional

Cuba tropieza una y otra vez con la misma piedra: importar lo que antes producían sus campos. Y mientras la distancia entre Lima y La Habana se traduce en precios prohibitivos, la paradoja es que bajo el sol de la isla aún crecen aguacates y mangos que demuestran que la tierra fértil existe, pero la voluntad productiva se pierde en los despachos.

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