Además de manejar con cuidado, los chóferes de ómnibus (autobuses) urbanos en la capital cubana tendrán que aprender defensa personal. Hasta septiembre cinco tripulaciones de autobuses habían sido asaltadas, mientras en el interior de los vehículos ocurrieron 23 riñas. ÓMNIBUS PELIGROSO
Además de manejar con cuidado, los chóferes de ómnibus (autobuses) urbanos en la capital cubana tendrán que aprender defensa personal. Hasta septiembre cinco tripulaciones de autobuses habían sido asaltadas, mientras en el interior de los vehículos ocurrieron 23 riñas. En otras 121 ocasiones esos medios de transporte habían sido apedreados, como si fuesen diligencias que cruzan territorio apache. No faltan testimonios de agresiones con armas blancas u ofensas verbales. Las autoridades aspiran a trasladar un millón de pasajeros al día antes de diciembre, el doble de lo alcanzado como promedio en 2006. Ojalá los nuevos carros Yutong, de fabricación china, aguanten semejante acoso.
OCTUBRE, EL TERRIBLE
Cuando el décimo mes del año comienza, la memoria de los cubanos se estremece, pues la temporada ciclónica alcanza el cénit de su actividad en las aguas próximas a la Isla. En el recuerdo están los devastadores huracanes de 1944, causante de 300 muertos en La Habana; el Flora, cuyas lluvias provocaron un millar de fallecidos en la región oriental; o las míticas tormentas de San Francisco de Asís y San Francisco de Borja, en 1844 y 1846, respectivamente. Incluso el almirante Cristóbal Colón padeció la furia de un ciclón en 1495, que destruyó su flota atracada en Santo Domingo. Habrá que andarse con cuidado y rogar a los santos para que esta vez las calamidades pasen de largo.
‘ROBIN HOOD’ HA MUERTO
El duelo no ha sido en el Bosque de Sherwood, sino en La Habana. El actor Ricardo Enrique Almirante Segredo ha muerto en la capital de la isla a los 77 años, aunque nadie creería que tal era su edad, pues como decían algunas muchachas coquetas del viejo galán, lucía como el vino: «mientras más añejo, mejor». Con su deceso, varias generaciones de cubanos pierden al ‘Robin Hood‘, al ‘Sandokan‘, al ‘Capitán Nemo’ de sus travesuras infantiles, alentadas por las series televisivas de aventuras de otras épocas. Almirante fue hombre apuesto, amado por las mujeres, respetado por sus colegas y admirado por el público. Pudo haber emigrado a inicios de los años 60. Prefirió quedarse en Cuba, donde mereció el aplauso y la eternidad.



