Iglesias estadounidenses y cubanas se unieron para ayudar a los damnificados por los huracanes del pasado verano. Según ha publicado la Asociación de Obispos Católicos de Cuba, están entregando alimentos, artículos de aseo y planchas de zinc para la reconstrucción de las viviendas, a los afectados por los huracanes de la zona occidental del país. Iglesias estadounidenses y cubanas se unieron para ayudar a los damnificados por los huracanes del pasado verano.
Según ha publicado la Asociación de Obispos Católicos de Cuba, están entregando alimentos, artículos de aseo y planchas de zinc para la reconstrucción de las viviendas, a los afectados por los huracanes de la zona occidental del país.
En colaboración con la Iglesia estadounidense y Cáritas, de donde provienen la mayoría de donaciones, han conseguido ayudar a más de 2.000 familias por el momento. Además, se ha entregado medicinas a los centros de salud.
Los concejales de partidas urbanas y miembros del Gobierno ayudaron codo con codo con la representación eclesiástica para el reparto de los alimentos entre la población.
Las relaciones entre el Gobierno cubano y la Iglesia parecen haber llegado a la normalización. Incluso este año se ha permitido la celebración de misas con motivos de las fiestas de Navidad, algo que no ocurría durante años. En la Isla estas reuniones multitudinarias son las únicas permitidas.
Sorprende esta asociación al recordar las tensas relaciones que vivió el Obispado bajo el mandato de Fidel Castro, donde la tensión entre ambos hizo preciso un acuerdo de colaboración que culminó con la visita del Papa Juan Pablo II al país.
